El Festival de Cine Latinoamericano de Tolousse, dirigido por Saint Dizier, se ha transformado en uno de los espacios más valorados por los realizadores locales.
Felipe Vásquez, El Mercurio OnlineVALDIVIA.- A través de su avanzado manejo del idioma español, de inmediato se nota el fuerte lazo que existe entre la francesa Esther Saint Dizier y Latinoamérica. No por nada ha dedicado parte de los últimos veinte años de su vida a promover el cine de esta región del mundo, a través del Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse.
Saint Dizier comenzó ligada a una organización de ayuda para Latinoamérica, pero en conjunto con otros profesionales se dio cuenta de que el cine, una valiosa forma de poder observar este rincón del planeta, también requería de su asistencia.
"Nos dimos cuenta de que el cine latinoamericano también tenía necesidad de ayuda, porque a finales de los años 80, andaba muy mal. En Brasil, por ejemplo, la producción había caído a un nivel cero, no había producción. Decidimos que el cine también necesitaba de nuestra solidaridad y es así como armamos este festival, con un enfoque muy solidario", explica.
Hija de refugiados españoles en Francia, Saint Dizier no sólo se ha planteado la misión de ayudar simplemente mostrando las películas, sino que existe un compromiso de apoyar su distribución y, más recientemente, de asistir con financiamiento a través del concepto de "Cine en Construcción", que se realiza en conjunto con el Festival de San Sebastián.
"Es una iniciativa que consiste en ayudar a las películas que, si bien se han podido filmar, todavía no están claras a nivel de la postproducción. Porque filmar ha sido más fácil en estos últimos años, con las nuevas tecnologías y las nuevas cámaras digitales. Pero el proceso de posproducción sigue siendo costoso", explica en relación con esta iniciativa que debutó en 1997 y que de inmediato concitó gran interés.
Una de las principales huellas que ha dejado este Festival, es el claro aumento de cintas latinoamericanas que se estrenan comercialmente en Francia. Según Saint Dizier, si hace diez años eran unas ocho películas de la región las que llegaban a los cines galos, ahora se puede hablar fácilmente de 25 ó 30 cintas, entre las cuales se han contado varias nacionales: "Play", "La sagrada familia", "En la cama" y más recientemente "Machuca".
Saint Dizier reconoce que hay un lazo mayor entre Latinoamérica y Europa que el que existe, por ejemplo, con el cine estadounidense. "En Latinoamérica hay cine independiente, cine de autor, no hay grandes industrias. Y en Francia tenemos también una tradición de cine de autor y de cine independiente. Es más, yo creo que son un cine de resistencia ante la supermáquina industrial del cine nortamericano", detalla.
Sin embargo, los logros que ha conseguido el cine latino en Europa, y en específico en territorio francés, también están supeditados a que las propias producciones de la región puedan ganarse su espacio. "Ya se empiezan a distribuir bastante bien, incluso películas chilenas, hay algunas que ya han salido. Pero se tienen que ganar el espacio y el público, lo que no es fácil tampoco", razona.
Saint Dizier, quien por primera vez interviene como jurado en el Festival Internacional de Cine de Valdivia, rescata el valor del certamen sureño porque "tiene un enfoque especial del lado de los jóvenes directores, de óperas primas", algo que lo vincula con el trabajo que ella misma dirige en Toulouse. "Nosotros también tenemos un enfoque de descubrimiento de nuevos talentos, porque de ahí se pueden ver las tendencias que se dibujan por venir, en temáticas y formas de lenguaje cinematográfico", subraya.
Por el momento, Saint Dizier guarda un buen recuerdo del cine chileno desde que hace un par de años Toulouse hiciera una presentación especial dedicada a nuevos realizadores nacionales. "De repente nos llegaron una docena de óperas primas de nuevos directores chilenos y nos pareció un fenómeno interesante, así como a finales de los noventa tuvimos también una camada de nuevos directores argentinos. Con los chilenos de repente se presentó la misma situación, de nuevos directores recién salidos de las escuelas que se lanzan a la realización de su ópera prima", recuerda, con un dejo de anhelo porque estas nuevas generaciones se consoliden en el mapa cinematográfico mundial.