Jaime Vadell junta a Mao, Stalin y Michael Townley en su nueva obra

SANTIAGO.- La esposa de Hitler, Eva Braun, navega por la eternidad en un barco junto a Mao Tse-Tung, Joseph Stalin y otros personajes inscritos en las zonas más cuestionadas de la historia. Allí intercambian experiencias e intervienen con otros como el bíblico Caín, Michael Townley y el propio Hitler.

El delirante escenario es en el que se desarrolla la obra "Asesinas, criminales y genocidas", un tridente del terror visto en tono de comedia política, dirigida por Jaime Vadell y Francisco Pérez-Bannen, y que ayer se estrenó en el Teatro La Feria, de Bellavista.

Vadell, quien también estuvo a cargo de la dramaturgia, explica que "la obra tiene que ver con el poder, que es la política; y es comedia porque, bueno, todas esas cuestiones pasaron y qué se puede hacer. Lo único es tomarlo un poco para la chacota y llamar la atención para despertar un poco la conciencia y que no se repita. Nada más".

El actor tuvo entonces la idea de reunir a todos estos personajes "que sentían que tenían la verdad en la mano" en una obra, proyecto que en una pausa entre grabaciones de teleseries contó a Francisco Pérez-Bannen.

"Jaime me dijo 'voy a empezar a ensayar la obra Asesinas, Criminales y Genocidas'. Yo, le dije 'es un título enorme. ¿Cómo empieza esto?'. 'Obviamente con Caín y Abel', me respondió. Ahí me empecé a reír, me contó de otros personajes y encontré que era demasiado genial y delirante meterse en esta empresa de hacer comedia negra política con un tema tan contundente, pero con ese sentido del humor, esa ironía que Jaime maneja tan bien. Entonces le pedí que me invitara", cuenta Pérez-Bannen.

De este modo continuaron dando cuerpo al texto entre ambos, para luego probar la fórmula alcanzada en el mismo escenario. "Todo fue llegando allí, que fue mandando qué se queda y qué se se va, lo que me parece muy justo, porque estamos haciendo teatro, no estamos en una mesa redonda. El escenario es infalible", explica el intérprete del amnésico Gustavo en "Amor por accidente".

Así fueron encontrando la forma de hacer interactuar a los distintos personajes, recurriendo sin complejos a distintos recursos escénicos. "Tratamos estos temas por fuera de la tendencia hacia el teatro minimalista, de un tipo que habla con un fondo blanco, sino con una estética muy barroca", cuenta Pérez-Bannen sobre esta obra que tendrá funciones hasta diciembre, y con la que pretenden que el público reflexione, pero no antes de haberse reido.