Quieres ver tu clima local?
Mostrar
Santiago: Jueves 30 de enero del 2025 | Actualizado 11:52
78 años tiene hoy uno de los más célebres escritores de la República Checa, país que sólo en el último tiempo ha podido conocer su obra.
AFPPRAGA.- El Premio Nacional de Literatura de la República Checa fue entregado hoy al escritor Milan Kundera, quien no pudo estar presente en la ceremonia, pero que a través de un mensaje dijo estar "conmovido" por la distinción.
El premio viene, de alguna manera, a sellar el reencuentro entre la República Checa y el escritor, quien fue exiliado por el régimen comunista en 1975, cuando se radicó en Francia. Incluso la obra más célebre de Kundera, "La insoportable levedad del ser", fue editada en su país natal recién en 2006, a más de 20 años de su publicación.
La ceremonia de entrega del premio, organizada por el Ministerio de Cultura, se realizó en el histórico Museo de la Música en el centro de Praga.
Kundera, quien es conocido por ser reacio a las premiaciones, lamentó además en su mensaje el hecho de no poder estar presente en la ceremonia.
El premio, dotado de 300 mil coronas checas (10.920 euros), es entregado cada año cerca del 28 de octubre, día de la fiesta nacional.
El premio se otorgó principalmente considerando la recién editada "La insoportable levedad del ser", que el presidente del jurado, Ales Haman, calificó como "un clásico", aunque aclaró que "apreciamos mucho también sus obras más recientes".
La entrega del premio produjo algunas críticas en círculos literarios checos, donde algunos afirmaron que no es justo haberle entregado esa distinción a un autor que no escribe en su lengua madre, sino en francés, y que además adquirió la ciudadanía francesa.
El estatuto del Premio, por ahora, no preve que el reconocimiento deba necesariamente ir a manos de un checo.
Nacido en 1929 en Brno, ex comunista de tendencia reformista, fue marginado después de la invasión soviética a Checoslovaquia en 1968. Durante los años 70 y 80 su obra fue prohibida en su país de origen, lo que motivó que el propio Kundera, desde el exilio, prohibiera a su vez que sus libros fueran traducidos al checo.
Desde la caída del régimen, en 1989, Kundera muchas veces regresó en al anonimato a su país, pero siempre en el más total anonimato.
