El afiche de ''Juno'', la nueva comedia de Jason Reitman.
Fox Searchlight Pictures
ROMA.- "Juno", segundo largometraje del canadiense Jason Reitman, puso fin hoy en tono de comedia al concurso de la segunda Fiesta del Cine de Roma, que concluirá mañana con la entrega de premios.
El nivel de la jornada pareció menor, con el primer filme en inglés de la danesa Susanne Bier, "Things We Lost in the Fire", con dos ganadores del premio Oscar, Halle Berry y Benicio del Toro, que juegan a ver quién hace más morisquetas al son de la música del argentino Gustavo Santaolalla, también ganador del Oscar, y el italiano "L'abbuffatta", de Mimmo Calopresti, que cerrará mañana la manifestación.
Jason Reitman heredó el gusto de su padre Ivan por el humor irreverente y "Juno", que cuenta la historia de una adolescente de 16 años que queda embarazada después de una primera relación con un compañero de estudios, virgen igual que ella, es una prueba.
Juno (Ellen Page, de 20 años, ya con una gran carrera tras de sí) será inexperta en materia sexual, pero tiene ideas clarísimas acerca de cuál será su futuro. Después de meditar en la posibilidad de un aborto, decide dar en adopción a su bebé a una pareja estéril y la relación de todos estos padres en ciernes es el centro de atracción de la película.
Otra característica del personaje es el deseo obsesivo de disparar a repetición frases graciosas como un vulgar cómico de cabaret, cosa que termina por cansar al espectador además de restarle credibilidad al personaje.
Pero el mundo de adultos que la rodea (sobre todo los padres interpretados por actores expertos como Allison Janney y J. K. Simmons), y la sensatez demostrada por su novio (Michael Cera) se apodera de la segunda mitad del filme y, al fin callada un poco la protagonista, la película puede redondear todos los finales felices con una cierta autoridad.
Reitman, a los 30 años y después de su auspicioso debut en el largometraje con el originalísimo "Gracias por fumar" ("Thank You for Smoking", 2005), promete ser uno de los buenos directores de comedia de las próximas décadas si se decide a eliminar la comicidad autosatisfactoria de los diálogos y concentrarse más en la realidad de personajes y situaciones.
La danesa Susanne Bier sigue mezclando Eros y Thanatos con su primer filme en inglés, "Things We Lost in the Fire", producido y protagonizado por Halle Berry en el papel de una viuda que trata de superar la angustia de la pérdida de su marido ayudando al mejor amigo de éste a desintoxicarse de la droga.Bier, candidata al Oscar por su filme anterior, "Después de la boda", presentado en este mismo festival el año pasado, mezcla amor y muerte en sus películas, pero no es una nueva Ingmar Bergman.
La extraña reiteración de los personajes de su cine de lograr la felicidad terrena pasando por el cadáver de alguno puede ser su marca de fábrica pero corre el riesgo de la repetición.
Otro de los problemas del filme es la rienda suelta dejada a los protagonistas para sobreactuar a sus anchas. No hay escena en la que Benicio del Toro no subraye con gruñidos, fruncimientos faciales y un vasto catálogo de miradas la desazón de su personaje.
Halle Berry decide en cambio sobreactuar por substracción reaccionando a todo con la mínima expresión. Y la música de Santaolalla dificílmente le permitirá al compositor argentino ganar el año que viene un tercer Oscar consecutivo. Mimmo Calopresti abandona el mundo del documental con el que había debutado y al que había dedicado el último lustro de su carrera y retoma la senda del largometraje de ficción con su opus número 5, "La comilona", inspirado en un relato de un joven escritor iraní, Mahmoud Iden.
El filme cuenta el intento de cuatro jóvenes de hacer una película en el pueblito perdido de Calabria en el que viven. Inspirándose en un episodio de la vida de la tía de uno de ellos, que desde hace 30 años espera con esperanza tenaz la vuelta de su amor de juventud emigrado a América, los cuatro recurren a un fallido director y a un actor de paso por la ciudad para obtener ayuda e información acerca de cómo se hace una película.
Por una serie de afortunadas coincidencias terminarán por obtener la generosa participación de Gérard Depardieu para el papel protagónico, al que agasajarán con una comilona que concluirá trágicamente. Pasada una buena mitad del filme, tan perdido argumentalmente como el proyecto de los noveles directores, "L'abbuffatta" termina por revelar su verdadera intención, que es la de rendir homenaje a todos esos aspirantes a directores que contra viento y marea se embarcan en el maravilloso mundo del cine. Pero a este punto, la suerte está echada y del filme queda solo la generosidad del director y la de Depardieu, que se complace en ironizar anticipidamente sobre su propia muerte.
