Todo era casero en ese primer disco de Adrianigual: el ritmo y los teclados en baja fidelidad de una canción titulada "Mátense todos", pero también la repartición del CD a mano, el sobre construido entre plástico, género y un corazón de tela recortado a mano, el papel escrito a mano con cinco títulos y las palabras "muac muac" como despedida. Ese disco se llama ((demostración)) (2005) y cuatro de sus cinco canciones aparecen ahora en el debut oficial de este trío chileno, Baila baila canta (2007), que es la aclaración de algo que se podía entrever en el adelanto casero: Adrianigual escribe buenas canciones.
Este grupo empezó como un dúo en 2004, tenía un sonido distinto en plenos años de rock garajero chileno y hasta ahora puede seguir siendo una extravagancia, pero donde no hay nada raro es en las canciones: son canciones pop. Ni siquiera suenan como pop, porque sigue habiendo baja fidelidad, ritmos rudimentarios y sonidos sin refinar y porque además Adrianigual puede ser a veces rockero y a veces folk, pero detrás de todas esas opciones la esencia es pop, de melodías para bailar y cantar sin dificultad.
Para bailar está "La mística espiral", que es dance-punk o punk funk, y "S.O.S", que es lo mismo pero más rockero y adictivo. Para cantar hay más: "Sancho Panza" y "Una planta" sorprenden con las primeras guitarras acústicas y hasta con una armónica. "Y al final me dejó y Mazapán me rescató", dice el cantante Diego Adrián, y de hecho algo de Mazapán hay en estas canciones, por no decir en el título del disco, mazapanesco como pocos: una combinación al menos inquietante al lado de letras como "Hoy con mi amigo el cactus yo me voy a pinchar / la mezcalina me ayuda y vuelvo a empezar". Y ya en "Las niñas y los niños" y en "Insomnio", también con guitarras acústicas, Adrianigual emprende de verdad el vuelo, el mismo que notó el cantante de Teleradio Donoso, Alex Anwandter, cuando decidió producir este disco. Baila baila canta es una de las sorpresas de la temporada y trae consigo a "Mátense todos", lo más parecido a un primer hit de Adrianigual, que además suena como una buena versión en tono menor de "Love for sale" (1986), de Talking Heads. Casera, eso sí.
—David Ponce
