La denominación de acústico ha dado cada vez más para etiquetar cantidad de música que puede sonar íntima, cálida, quieta y delicada sin ser en rigor acústica, es decir hecha a base de instrumentos desenchufados. Las doce canciones de este disco sí lo son, y en algunos casos lo son por completo. Si a veces se oye un bajo eléctrico, ante todo las once mujeres de otros tantos países reunidas aquí cantan sobre bases de percusión y una amplia gama de cuerdas. Y no es la única diversidad en este compilado hecho de diversos ritmos, diversos timbres, diversos idiomas y diversas voces.
Uno de los géneros más asociados con este sonido es el folk, esa patente en inglés aplicada al gesto universal de cantar acompañado de una guitarra acústica. Dos pruebas bien adorables aquí son "M'envoyer des fleurs", folk en francés con la parisina Sandrine Kiberlain, y "Sunnyroad", folk en inglés con la islandesa-italiana Emiliana Torrini, que será un cliché islandés pero sí tiene un aire de Björk en la voz. La colombiana Marta Gómez toma el libro "Paula", de Isabel Allende, para una canción de ritmo sudamericano, y hay dos variaciones del portugués: "Bida mariadu", de Lura, es portugués con acento de la islas Cabo Verde, las mismas de Cesaria Evora, y "Não se apavore" es jazz vocal en portugués de acento paulista con Luca Mundaca, que vive en Nueva York y por si fuera poco mundo en realidad nació en Concepción.
A poco andar ni estas fronteras siguen en pie. En la voz de la croata Tamara Obrovac, "Tuca la louna" es una sugerente canción con contrabajo y acordeón que bien podria ser un bandoneón tanguero. "Grano de arena" es Caribe suave en español, pero en la voz de la cantante checa Marta Topferova y con un baño de arpa. "Sekna" es música argelina también con cierto aire caribeño en el ritmo, tal como lo tiene la cadenciosa "Ola ta aiskola", en la voz de la griega Anastasia Moutsatsou. Instrumentos tan variados como una mandolina, un tres cubano o un bouzouki griego en este disco se confunden en el mejor sentido de la palabra y confirman el mérito habitual de esta colección: en efecto estas canciones se entienden perfecto entre sí porque más allá de la geografía vienen todas de un mismo lugar, el continente acústico.
—David Ponce