Ni ahí con el rock

"Presentando 14 canciones inolvidables", será la advertencia pegada sobre el inminente CD de este grupo chileno. Y no sólo es un índice de autoestima alta. La música de No soy uno, el disco debut de Cristóbal Briceño (voz y guitarra), Simón Sánchez (voz y bajo), Héctor Muñoz (guitarra) y Martín del Real (batería) es recordable porque, al revés de la mayoría de los rockeros chilenos, a Fother Muckers les gusta la melodía. Y porque al revés de la mayoría del pop, ellos rockean con ganas. Sobre todo en vivo.

-En desmedro de una mayor pulcritud estamos a favor de una mayor espontaneidad -resume el cantante del cuarteto, que ha ganado una buena cantidad de seguidores fieles desde su debut en 2005, reforzada por su primera grabación, el EP de seis canciones Fother Muckers (2006). Todas ellas están contenidas en el nuevo disco, que fue grabado en la intimidad de una casa y con Alex Anwandter, cantante del aventajado grupo Teleradio Donoso, como productor y músico invitado.

-Es un sonido que nos agrada montones. A todos nos gustaba harto el disco Layla and other assorted love songs, de Derek & the Dominos (el grupo que Eric Clapton tuvo entre 1970 y 1971), que también se grabó en una casa -documenta Cristóbal Briceño, que aparte de Derek & the Dominos comparte con Simón Sánchez la afición por David Bowie, Michael Jackson o John Lennon, y con todo el cuarteto gustos por músicos folk estadounidenses como Neil Young o Wilco y por el grupo de punk y rock inglés The Clash.

-Los músicos que más nos gustan son los que han ido cambiando, como David Bowie, John Lennon, incluso quizás más que los Beatles, aunque los Beatles son innegables. El cambio es lo que más me estimula, y en las mismas canciones nuestras se nota -dice el cantante, que de pronto se halla hablando de un próximo disco-. Estamos recién sacando éste y es ridículo hablar del segundo disco, pero ya lo tenemos compuesto entero. Y es tan ambiguo y tan confuso todo, ya no sabes si sacar discos o hacerlo por Internet, pero si tenemos la oportunidad vamos a sacar un disco al año, o más.

-¿Ése es el ritmo del grupo? ¿Catorce canciones inolvidables al año?
-Sí. Además que al menos yo considero que tener un grupo de música es algo esencialmente juvenil. Entonces voy a aprovechar antes de los cuarenta -sonríe Briceño, que tiene 22 años, al lado de los 23 de Sánchez, los 26 de Muñoz y los 22 de Del Real-. A pesar de que ahora vamos a aparecer y es como si nos hubiéramos formado hace una semana, las cosas son lentas, y a mí me gusta.


El mejor trabajo del mundo

Fother Muckers recuerdan de hecho la fecha exacta de su primera actuación, como parte de una convención de canciones de los Beatles en el capitalino Teatro Novedades.

-Domingo tres de abril de 2005 -reporta Héctor Muñoz sin dilaciones.

-¿Sí? ¿A qué hora?
-Sabes que fue como un cuarto para las nueve -dice-. Es que tenía que entregar un trabajo y estaba pendiente de la hora.
-Es que Héctor tiene capacidades como Rainman -sonríe Briceño en alusión al memorioso protagonista de esa película-. Tiene defectos pero tiene esa virtud.

En todo este tiempo el grupo tuvo como bateristas a Diego Leonvendagar, con quien hizo la grabación de prueba "Los primeros días serán los mejores" (2005), a un fugaz Alex Anwandter en 2006, a Vicente Fernández entre 2006 y 2007 y la actual dupla entre Martín del Real, que además es guitarrista de Teleradio Donoso, y Gonzalo Núñez, que toma en ocasiones el puesto. Cinco bateristas en total.

-Existe quizás una concepción errada de qué es tocar la batería, que no es sólo seguir un ritmo sino también servir a la canción en términos compositivos, y eso está un poco perdido -opina Briceño.

-¿Es el tipo de cosas en que coinciden con Alex Anwandter o Martín del Real?
-Hablamos el mismo lenguaje -dice Muñoz-. Nos gustan las canciones, el formato popular, y en ese sentido estamos hermanados con los chiquillos, se dio naturalmente.
-Nosotros somos fanáticos de los teclados, tanto los eléctricos como los acústicos -agrega Briceño-. Y Alex es un músico súper completo, él tocó los pianos, podíamos hacer arreglos juntos.
-Es bacán el contraste entre que el disco suene de una manera y en vivo de otra -interviene Del Real-. De hecho ésa es la gracia.
-En los shows hay que hacer cosas distintas -coincide Muñoz-. ¿Para qué vas a tocar todo igual? Mejor te quedas escuchando el disco.

-¿De hecho el desenfreno de Fother Muckers en vivo está encarnado en el guitarrista?
-Sí, obviamente Héctor es el centro de atención en vivo, y eso no nos molesta para nada -concede Briceño.
-Estamos al servicio de él -reconoce Sánchez-. Héctor se juega la vida hasta en los ensayos. Como en las pichangas.
-Yo disfruto tocar en vivo -admite Muñoz-. Es de las mejores cosas… el mejor trabajo del mundo.
-De hecho nuestra idea es que el Héctor ni siquiera participe en las entrevistas -aclara el cantante-. Que sea un ser mítico.

-Pero también el cantante es bien expresivo para interpretar.
-Tampoco es algo tan premeditado -dice el propio Briceño-. Habernos hecho una pequeña fama de ser un grupo desenfadado en vivo ha sido espontáneo. Se podría decir que forma parte de nuestra ética de trabajo, que sin duda existe, a pesar de que es tácita, entre nosotros mismos, como amigos.
-Claro. Nunca mentirnos… -sonríe Sánchez.
-Fundamental en esta relación es el sentido del humor. Aunque Héctor nunca entiende los chistes -agrega el cantante-. Pero esa ética ha guiado todo el trabajo. No tomar las cosas muy en serio. De hecho al menos yo no estoy ni ahí con el rock. Quizás Héctor se asemeja más a un rockero y es bueno que esté, porque me encanta el rock, pero no sé si quiero ser un rockero.

-¿Quieres ser más un cantante, como cuando Teleradio Donoso te invita a cantar "Tarde en la noche"?
-Sí, interpretar. Componer también es entretenido e inevitable, pero interpretrar es la cosa.

-Además el rock es una carrera corta, como decían. ¿Cuánto tiempo va a durar Fother Muckers?
-Como U2, no más -dice el bajista-. O los Rolling Stones.
-Claro. No más que Congreso -descarta Briceño-. En algún momento me quiero dedicar al cultivo de caracoles.