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SANTIAGO.- Noventa minutos de pop inteligente y futurista presentará mañana Björk, la islandesa que entregó nuevas dimensiones a la canción popular, en su segunda visita a Chile. El concierto en el Estadio San Carlos de Apoquindo, con capacidad para unas 15 mil personas, está virtualmente agotado.
Björk tardó nueve años en regresar a Chile y lo hace hoy con una vuelta desde el título mismo de su nuevo disco: Volta (2007). En 1998 actuó en el Teatro Caupolicán —que entonces aún conservaba el nombre de Teatro Monumental— para presentar su disco Homogenic (1997).
Todos los colores björkianos
El nuevo show contempla una hora y media de puesta en escena ampulosa dominada por los colores verde, amarillo y rojo. Björk presentará a diez músicos en acción y un set list de 18 canciones. Esta semana actuó dos noches en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, donde se pudo vislumbrar el estado teatral de su puesta en escena pop.
Y si una decena de vientos aportan a la escenografía, lo mismo sucede con el juguete nuevo de la cantautora: la Reactable, un instrumento electrónico creado por un grupo de estudiantes en Barcelona, una suerte de mesa luminosa que emite sonidos y frecuencias al deslizar unas fichas y cubos por su superficie. Una novedad sonora y visual que la islandesa se encarga de compartir a través de las pantallas gigantes.
El show gira en torno al eje de Volta y en él la cantante viste de dorado y plateado y portando además una vincha verde. Jueguetea con un conjunto de vientos integrado por una decena de músicos rubios. Un cocktail de colores.
Todo en medio de un escenario en el que no hay siquiera una ampolleta que no sea robótica, con tres pantallas de cristal líquido de, dos láser que se reflejan una y otra vez en cerca de 40 espejos, cañones de confetti y telas de fondo.
Además, la escenografía contempla una colección de banderines con sapos, cocodrilos y peces que son parte de la ensoñación pop habitual de una artista que ha proyectado su música al futuro.
La era de la madurez
El concierto de la actual gira mundial incluye mezclas de música docta, programación electrónica y coros celestiales. Además navega entre pasajes retrospectivos de los álbumes que la consolidaron como artista única e indivisible: Debut (1993), Post (1995) y Homogenic (1997), de su primera época, y Vespertine (2001), Medulla (2004) y Volta (2007), de la era de la madurez como compositora, a los 42 años en el siglo XXI.
En el show presenta canciones como "Venus as a Boy" "Human Behaviour", "Army of Me", "I Miss You", "Hunter", "Joga", "Poetry" y "Desired Constellation", de sus anteriores álbumes, además de temas de Volta como "Declare Independence", "Earth Intruders", "Innocence" y "I See Who You Are".
En su visita al país, Björk solicito la presencia de un masajista, un acupunturista y un experto en reflexología. A la gira de la cantante se unió esta mañana su marido, el artista visual Matthew Barney, padre de su hija Isadora.