Y así pueden ver mis patas doradas: Francisca Valenzuela en vivo el pasado 16 de noviembre.
Foto: fotolog/franvalenzuela
El del viernes fue uno de los lanzamientos más esperados del año dentro de la música nacional. Francisca Valenzuela no llevaba ni seis meses tocando cuando llenó la sala SCD Bellavista en abril y desde junio está a la venta su primer álbum, Muérdete la lengua, así que esperar veinte minutos para que comenzara su concierto en el Cine Arte Normandie fue prácticamente un trámite. Traía debajo del brazo una cantidad de pegajosos hits como "Dulce" y "Peces" que sonaron fuertes e impecables, no sólo apoyados por la banda que la acompaña (el guitarrista Jorge Chehade, el baterista Mauricio Galleguillos y el bajista Pedro Araneda, más los invitados Camilo Salinas y la violinista Amparo Fontaine de Cuchufleta Punk), sino por todas las fans reunidas esa noche, que no perdonaron corear casi ninguna de sus canciones.
Pero hay momentos en que la cantante no necesita a nadie más que a ella misma, en los que logra una gran intimidad con la audiencia. El público no despega los ojos de ella, mientras Francisca Valenzuela toca el piano como en un real diálogo con el instrumento y muestra una soltura espléndida que ya se quisieran varios músicos. Tal es el caso de la bien lograda "No necesito mucho" –que sigue inédita–, donde impera la melancolía intercalada con notas lúdicas y donde su voz pasa del suspiro a la fuerza, como también pasa perfectamente del castellano al inglés. En este ambiente de confianza dice que las canciones ya no pertenecen a ella sino al público y cuenta una anécdota personal que lo respalda. Estando en una fiesta, un "chiquillo" le preguntó si había escuchado alguna vez a Fran Valenzuela, la revelación pop del año, y ella le respondió "¿Cómo será?".
"Voy a hacer algo que no he hecho antes, y así pueden ver mis patas doradas. Yo no voy a cantar, voy a ser la vocalista", dice, antes de jugar a liderar una banda de rock y bailar con el micrófono, consolidando su carisma. La gente la acompaña cantando a toda voz canciones que aún no han sonado en la radio, pero que ya se muestran como perfectas candidatas: "Los poderosos" y "Muleta" ("Y yo vengo y me arrastro y ya no doy abasto, por qué siempre te busco en calles y multitudes y ya ni sustituyes razón para desgasto"). A la hora de los homenajes, la cantante pasa de Violeta Parra con "Run run se fue pa'l norte", uno de los puntos más altos de la noche, a la ochentera "A little respect", de Erasure. Para cerrar, escoge la canción que da nombre al disco, "Muérdete la lengua", y se cuelga por primera vez la guitarra. En el instante en que termina todo, el público se pone a aplaudir de pie. Porque tal como ha dicho ella, esto parece más que una celebración que un lanzamiento.
Las canciones
Segunda vuelta
Dulce
Excavador de tumbas
Afortunada
Las Vegas
No necesito mucho
Queen
Los poderosos
Muleta
Everyword
Run run se fue pa'l norte
Peces
(bis)
Esta noche
A little respect
Muérdete la lengua