Alguna vez, Bosé se definió como trisexual. Su magnetismo es tridireccional. Mujeres y hombres lo adoran en vivo. Averigüe a quien se refería en esta tercera dimensión.
El MercurioUna tregua de la mala fortuna. Eso fueron las dos horas del concierto en que Miguel Bosé pudo dedicarse a lo suyo, a deleitar con éxitos de hoy y con los de hace tres décadas a diez mil personas que presenciaron el único show de la accidentada estación chilena de su gira “Papitour”.
Bosé tenía planificado un bis en el Arena Santiago al día siguiente, pero un implacable virus le impidió concretarlo. No fue lo único que empañó su estadía en Chile: también lo enfureció el constante acoso de la prensa de farándula que incluso lo hizo terminar en el suelo (literalmente), mientras esquivaba los micrófonos y las cámaras antes de entrar a una cena con Cecilia Bolocco.
En lo estrictamente musical, el astro del pop español demostró que sus 51 años le pesan... Pero para bien. Obviando su aspecto un tanto demacrado —producto de sus problemas de salud quizá— se mantiene enérgico en el escenario, aunque no como para replicar sus frenéticas carreras de hace tres décadas cantando “Voy a ganar”.
No cantó ese tema, pero sí lo hizo con otros de sus primeras épocas: “Señora es usted”, "Amiga", "Creo en ti", "Morir de amor", "Linda", "Los chicos no lloran", "Don diablo" y, cómo no, "Te amaré". Todas fueron coreadas con devoción por sus seguidores. En honor a la verdad, eran seguidoras.
Hay que reconocer que Miguel Bosé es ambiguamente sexy. Cuando le coqueteaba a sus dos guitarristas que “pecho al aire” le seguían el juego mientras todos interpretaban “Amante bandido”, fue inevitable no recordar cuando él mismo se autodenominó “trisexual”. Eso sí, en la tarima no había plantas así que sólo daba para "bi"...
“Yo creo que anda con el guitarrista”, especuló una perspicaz fan una vez concluido el show. Una incógnita que quizás debiera intentar descifrar la misma prensa de farándula que lo agobió. Así le sigue haciendo pasar rabias al ídolo.
Y es inevitable también mezclar lo musical con las anécdotas de su paso por Chile, quizás porque lo último llama más la atención que constatar la efectividad de su show, que si bien en este caso tuvo una escenografía excesivamente sobria —rozando los límites de la fomedad— no destiñó gracias a los ocho músicos que estuvieron sobre la tarima. Además, los efectos de iluminación ayudaron al intérprete a transportar a sus incondicionales desde la emotividad de “La belleza” hasta la eufórica liviandad de “Nena”, el tema con el que cerró su única presentación en Chile. Los que se lo perdieron, a armarse de paciencia y esperar hasta febrero escuchándolo en sus discos. No es muy distinto a lo que oirán en vivo.
Las canciones
"Mix Sereno / Duende / Nena"
"El hijo del Capitán Trueno"
"Bambú"
"Gulliver"
"Salamandra"
"Sevilla"
"Mirarte"
"Partisano"
"Amiga / Teorema / Creo en ti / Morir de amor"
"Linda"
"Don Diablo"
"Te amaré"
"Los chicos no lloran"
"Morena mía"
"Como un lobo"
"Si tú no vuelves"
"Nada particular"
"La belleza"
"Olvídame tú"
"Bandido"
"Nena"