Diversas personalidades de la cultura española han ido a darle el último adiós al actor y director Fernando Fernán Gómez.
Reuters
MADRID.- España se despidió hoy de uno de los mayores valores de su cinematografía, el actor y director Fernando Fernán-Gómez, fallecido el miércoles a los 86 años.
La capilla ardiente quedó instalada por la mañana en uno de los lugares más emblemáticos de la cultura en Madrid, el Teatro Español, en el centro de la capital, hasta donde se desplazaron numerosos ciudadanos -artistas, políticos y gente anónima- para dar el último adiós a Fernán-Gómez.
El patio de butacas no tardó en llenarse de amigos y seguidores del artista, que lo aplaudieron emocionados mientras otros actores españoles recitaban poemas desde el escenario en el que se instaló su féretro.
"Qué bonito, él se lo merecía", acertó a decir su hija, Helena Fernán-Gómez, fruto del primer matrimonio del actor con María Dolores Pradera, con la que tuvo también un hijo.
Políticos y gente del mundo de la cultura coincidieron todos en subrayar que Fernán-Gómez cultivó muchas facetas artísticas y en todas lo hizo muy bien. "No es fácil ser actor de teatro y cine al mismo tiempo y director de cine y teatro, y escritor. Se va una persona cuya vida ha estado dedicada a la cultura y con la que muchos hemos convivido toda la vida y símbolo de todos estos años", manifestó el ministro de Cultura, el escritor César Antonio Molina.
A lo largo de su carrera, Fernán-Gómez protagonizó casi 200 películas, dirigió una veintena y escribió otras tantas obras literarias.
Entre los galardones recibidos contó también con los Premios Nacionales de Cine y Teatro, el Príncipe de Asturias de las Artes, así como la Medalla de Oro de la Academia de Cine.
Es "un día muy triste para los amantes del cine y el buen teatro", aseguró el cantante Raphael. Las actrices Pilar Bardem y Aitana Sánchez Gijón se abrazaron, desconsoladas, a la viuda del actor, la también actriz Emma Cohen, con la que contrajo matrimonio en el 2000, pero con la que llevaba conviviendo 35 años.
En el teatro sonaban tangos como "Mi Buenos Aires querido" o "Caminito", dos de las canciones favoritas de Fernán-Gómez, que conservó la nacionalidad argentina hasta 1984 -nació en Lima en 1921, durante una gira de su madre, también actriz, y fue inscrito en el consulado argentino-.
Mientras, se proyectaba una gran foto en color del siete veces Premio Goya. Su féretro fue cubierto por una bandera anarquista, sobre la que se colocó la insignia de la Real Academia de la Lengua, a la que pertenecía desde el año 2000 y en la que ocupaba el sillón B.
La instalación de la capilla ardiente en el Teatro Español responde al deseo expreso de Fernán-Gómez: allí fue donde cosechó, en su estreno, el mayor éxito con su obra teatral "Las bicicletas son para el verano", que después se llevó al cine, y también allí se lo vio recitar por última vez unos textos de Mario Gas.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y el director de la Real Academia Española, Víctor García de la Concha, estuvieron también entre los primeros en acudir a despedir al actor, director, dramaturgo y novelista.
El burgomaestre de la capital española anunció que el Centro Cultural de la Villa, una de las escenas del panorama cultural madrileño, será rebautizado como Teatro Fernando Fernán-Gómez.
"Su pérdida es un desastre, porque en este país hay grandes profesionales, pero que lo hicieran todo a la vez bien no. Ha desaparecido un figura poliédrica", resumió el cineasta José Luis Borau.
