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Entre risas, verdaderas y de las otras, pasó la noche la Teletón

Carlos Pinto como Don Ramón, del “Chavo del ocho”. La Quena de “Casados con hijos”, haciendo un koala con Felipe Camiroaga. Y Jordi de Segura y con la luma bien agarrada. Hubo de todo en las horas humorísticas de la campaña.

01 de Diciembre de 2007 | 05:07 | Felipe Galvez, El Mercurio Online
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Recreación del Chavo del ocho fue uno de los números altos de las primeras horas de la Teletón.

Ricardo Vásquez, El Mercurio

SANTIAGO.- Mario Kreutzberger había mencionado en días previos que para esta Teletón era importante aumentar la dosis de humor. Esa que ayuda a mantenerse despierto en las más largas de las 27 horas de amor.

Por ello tanto esfuerzo y producción. Fueron tres los mini-shows elaborados por un variopinto de personajes televisivos. Humor de ayer y de hoy que mejoró el ánimo desde las 01:40 hasta cerca de las 5 de la mañana.

El segmento comenzó débil. Sólo las apariciones de los verdaderos Nacho Larraín (Fernando Godoy) y María Eugenia Gómez, más conocida como Quena de Larraín (Javiera Contador) hicieron reír durante algunos pasajes de la versión teletonesca de "Casado con hijos", la exitosa sitcom de Mega.

Las ausencias del verdadero Tito Larraín (Fernando Larraín) y de la popular Titi (Dayana Amigo) mermaron el show, ya que ni Felipe Camiroaga ni Diana Bolocco dieron con la talla de los personajes más divertidos de la serie. La meta era difícil, claro.

Sólo los coqueteos mutuos entre Contador y Camiroaga, "koala" y "guanaco" incluidos, encendieron el sketch.

Uno que sí lo hizo bien fue Leo Caprile, en el rol de Pablo. Estuvo de "puchamadre", tal como Carmen Gloria Bresky, otra "original" interpretando a Marcia.

Show aparte fue Nacho Larraín. El tipo hace reír hasta cuando está callado, saltando sobre los sillones o con un piquero sobre la mesa de centro. Para qué mencionar su imitación del acento peruano.

Entremedio, una voz femenina se coló sobre el audio de la transmisión televisiva. Una señora le hablaba a un niño y reclamaba con "pa qué tanta violencia" y luego le cantaba la canción "cinco marineros...". Por suerte los 20 minutos del show estaba llegando a su final.

Lo más divertido vino después: En un contacto desde la "Pingüitón" el Liceo Barros Arana, Sergio Lagos, muy en su estilo, dejaba el micrófono y se lanzaba como rock star al público.

Todo mejoró a eso de las 02:45 de la noche. Con un elenco plagado de imitaciones, pero dirigido por la gran "María Antonieta de las Nieves, como la Chilindrina", la reedición del "Chavo del ocho" entretuvo bastante.

El listado es largo: Luis Jara interpretó muy bien a un Chavo algo cargado a las tortas de jamón; José Miguel Viñuela se esforzó bastante con Kiko; Patricia Maldonado fue Doña Clotilde, la Bruja del '71; Raquel Argandoña hizo el papel de Doña Florinda; Lizardo Garrido fue el Profesor Jirafales y Claudio Borghi, el señor Barriga.

También estuvo Pamela Díaz como Pompis, aunque su aporte se restringió a no saber tirar un vaso de agua. Cero VIP. Pero el mejor de todos fue Carlos Pinto, como Don Ramón. Simplemente se robó la película, especialmente por sus salidas de libreto, como cuando trató a Maldonado como la "Bruja del '73", o cuando se imitó a sí mismo con su clásico: "Nada hacía presagiar que en esos momentos..." Incluso se llevó un cachetazo real de Argandoña.

En los poco más de 20 minutos hubo un par de chilenismos, ofrecimientos de koalas y dragones, y hasta un tortazo en la cara al Bichi Borghi: "Se fueron al chancho", respondió.

Para el final, casi a las 04:30, una remozada versión del Jappening con Ja!, con un elenco casi completamente original: Jorge Pedreros, Eduardo Ravani, Maitén Montenegro y Gloria Benavides.

Todos ellos en la recordada "Oficina", con un sketch tan simple como efectivo. La furia del Señor Zañartu despidiendo al trasnochado Canitrot, y Espinita siempre tan fiel a su "jefecito". A las secretarias Gertrudis (llamada "pokemona") y Valkiria, se les unieron Peñita en versión Mario Kreutzberger y Segura, en una poca varonil interpretación de Jordi Castell: "Es mi vida, ¿ok?", explicó.

Fue el punto más alto de la noche (sin considerar la esperada vedetón), con las carcajadas repartidas entre el público y los eternos camarógrafos. Acá no fue necesario poner risas grabadas, como en los segmentos anteriores.

Para terminar, todos los participantes cantando el himno de la alegría chileno: "Lo más importante, en la vida es...".

Posteriormente, vino el turno Lola Melnyck, Marlen Olivarí y Nancy Guerrero, encargadas de despertar al público con su número de vedettes. 

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