Cuando en Chile había una gran escena underground dedicada al punk melódico que ni soñaba con sonar en la radio, a fines de los años '90, este grupo ya existía. Y ya tomaba cierta distancia. Si la mayoría tocaba punk melódico, Gameover inventaba el "punk sónico". O "punxónico": les gustaba la melodía y el baterista sabía tocar bien rápido, pero también jugaban con distintas velocidades y sus letras abordaban la emoción desde otros puntos de vista. El punto de vista de un gato suicida, por poner un ejemplo. Hoy se habla menos de punk melódico y mucho más de emo, y hay radios enteras dedicadas "todo el rato" a tocar esa música. Gameover aún existe y ahora tiene más razones para tomar distancia y para abordar la emoción desde nuevos puntos de vista. El punto de vista de un animal espiritual, por poner un ejemplo.
"Sé que soy un animal espiritual / intentando adaptarme a esta nueva evolución / no quedar en extinción", canta el guitarrista Juan Pablo Sepúlveda y saca la foto completa de Gameover, un grupo distinto a los demás porque siempre ha tenido más desarrollada la producción de hormona de la ternura, sea cual sea. Cometas, barcos de papel, lentes 3-D, planetas ultrabrillantes, teletransportación, un lugar en el polo sur y una inolvidable niña de mirada oriental llamada Naoko son cosas que pasan en las canciones que escribe el grupo, y después de tres discos ahora han conseguido el mejor sonido de su carrera. Todas las melodías son instantáneas, y aparte de las baterías y guitarras bien marcadas de siempre tienen un teclado en manos del bajista Martín Pérez-Cueto, quien obtiene sonidos de vibráfono o sintetizador y refuerza lo melódico del grupo. "Villa Olímpica" marca incluso el debut del trío en la bossa nova, aunque dure tan sólo un minuto siete segundos y hayan tenido que tomar prestada una guitarra de Sean Lennon para hacerla. Y el detalle melódico del disco es el coro de Karen Muga en la propia "Animal espiritual": oportuno y dulce. Gameover sigue fiel al punk sónico de siempre. Su mail sigue siendo punxónico, de hecho. Y hotmail, por añadidura: punxonico arroba hotmail punto com.