Siete

Antes de la hiperventilada “liberación” por Internet del disco In rainbows (2007), de Radiohead, Papanegro ya lo había hecho. Fue en julio del año pasado con el disco Siete. Durante siete días —y a partir del 7/7/07— lanzaron un tema cada 24 horas, acompañado de la letra y una pieza audiovisual desarrollada por diseñadores destacados. Un proyecto que “mezcla música, imagen y piratería sin culpas” como explican en el blog donde se puede ver todo esto (ver link). El número de descargas se estima superior a las veinte mil.

Es que el siete, número que en la tradición judeocristiana significa “plenitud”, está perfectamente justificado. Desde “Verte aquí”, que abre el disco, se aprecia una noble vocación por la canción pop, que utiliza el funk como motor propulsor, pero nunca como un fin en sí mismo. Una lección aprendida después de los excesos instrumentales en los ‘90, en la época en que existía La Familia Chilenita del Funk (donde ellos fueron considerados los hermanos menores).

En “Partícula”, por ejemplo, Papanegro practica un funk-rock con estribillo, como el mejor Living Colour, una banda que precisamente procesaba el estilo de manera parecida. “Danzflor” es frenética con una guitarra eléctrica que recalca la lujuria de la pista de baile. “Hay en mí” tiene mucho de acid jazz, especialmente en los elegantes arreglos de teclados. La segunda mitad del disco es mucho más encendida incluso. Con rapeos, órganos old school y sección de metales (“Nocaut”), sensualidad negra (“Emperador”) y cierto aroma al Jamiroquai más rocker (“Contendores”). Los Papanegro se salieron con la suya. Siete canciones bien armadas y que inevitablemente te mueven la patita. Después de todo veinte mil personas no pueden estar equivocadas si le ponen al disco nota siete.