El crooner marciano

Cuatro meses le tomó a la dupla Flores–Carrasco concretar Hembras de Marte. Flores es Solo di Medina, Carrasco es Foex y éste es el segundo intento de un trabajo en conjunto. Del encuentro original hace dos años, Flores recuerda: “No funcionó. Nos separamos, yo empecé a trabajar con otros productores, recorrimos distintos caminos. Y este año nos juntamos de nuevo, la hicimos y funcionó. Quedé súper contento”.

De la alianza, Solo di Medina cuenta que además de aprender de música, ha encontrado un amigo. Sus diversos trabajos en la trastienda de discos como Kaos (2007), de Anita Tijoux, o de la serie de animación Pulentos no hicieron más que aumentar su interés por trabajar con el productor, “por lo que ha hecho y por la evolución que ha tenido. Siempre me ha gustado su sentido del ritmo. Por eso seguí trabajando con Foex”, explica.

R&B, soul y baladas románticas latinas se suceden en un disco que le ofrece su respeto a Marvin Gaye y a Earth, Wind and Fire. Un cameo de Anita Tijoux (“Esta noche”) y colaboraciones de Rodrigo Chepillo (bajista de los extintos Bambú), Ariel Pino (pianista del grupo nu jazz Alüzinati), están entre los músicos invitados que se incluyeron en la serie de grabaciones del set original de veinticinco temas, que al final se convirtieron en trece canciones.

-En cuanto a las letras, ¿es primera vez que te embarcas solo?
-Sí, tratando de hacer canciones y eso. Yo no soy letrista, no me veo como letrista ni tampoco como compositor. Yo básicamente soy un intérprete.

-¿Has tenido tiempo de leer las críticas?
-Estoy pendiente de eso. Me interesan todas las críticas, las buenas y las malas, porque al final cuando tu haces este tipo de trabajo es como una conversación: decir algo que el otro te escuche y te dé un feedback, que te dé algo a cambio.

-Han dicho que eres calentón…
-Yo creo que eso es lo evidente. Es la intención del disco, el rol del personaje.

-¿En este momento te sientes más cercano al funk o al hip-hop o al R&B?
-Siempre digo que lo que me gusta es la música negra. Lo que significa para mí la música con raíces africanas. Tiene que ver con la forma de tocar. Me gusta mucho la música afroamericana y centroamericana. Dentro de eso está el hip-hop, el R&B, el soul, el funk, el jazz… Me gusta ese tipo de música y mezclar mis cosas con eso. Lo que buscamos es una traducción de nuestra manera de ver ese tipo de música. Por eso todo es en español, ésa es la gracia de traducir en la interpretación.

-¿Crees que se note que el disco fue hecho en Chile?
-No creo que en Chile. No sabría como reconocer que fue hecho en Chile precisamente. Aunque creo que sí se nota que es un disco hecho en Latinoamérica.

-¿Fue pensado con miras internacionales?
-Yo creo que siempre uno piensa en eso. Voluntaria o involuntariamente. Pero yo creo que mi público es un público chileno. Yo llegué a Chile a los 17 años y empecé a trabajar en música a los 22. Entonces el público chileno es el que yo he tratado todo este tiempo, ése es mi interlocutor, ésa es mi conversación. Yo quiero llegar a ese público. La idea de hacer baladas en este disco era ampliar el público más allá del hip-hop, llegar a edades más altas y más bajas.

-¿Tienes más de crooner o de MC?
-De crooner, de todas maneras. Derechamente, yo no soy un MC. Eso es un maestro de ceremonias, el que sube al público y lo baja. La improvisación me interesa más en lo melódico. Soy intérprete musical y me siento mucho más como crooner.

La placa Hembras de Marte, editado por el sello Oveja Negra, comienza con la sensual voz de una azafata interplanetaria, que da la bienvenida al planeta de donde se supone que vienen las mujeres a las que canta Flores. Como Señorita Pésima figura en los créditos.

-¿Quién está detrás del personaje de Señorita Pésima?
-Como personaje nace en Concepción. Es muy chileno. Tiene un grupo que es bien punk, sus letras son cochinas y fuertes. Es una amiga mía que tiene una voz que me gusta y la ocupé en el disco. Ella es maquilladora y nos conocimos en un video clip.

-¿Defines el disco como sensual o sexual derechamente?
-Yo creo que tiene de las dos cosas. Letrísticamente, se cae en lo burdo y creo que lo puedo sostener con las melodías, que suavizan el asunto. Y de repente, es más sensual que sexual. Incluso nosotros censuramos harto el disco, porque había cosas más provocadoras. Fue con la intención de hacerlo más abierto, que lo escucharan las abuelitas (risas). A mi parecer el disco tiene algo de punk, en el sentido que uno dice cosas que quizás no debiera decir.

-¿Hay algún artista que últimamente te haya hecho cambiar el punto de vista sobre algún tema?
-Outkast y Foex.

-¿De qué manera ha envejecido la "Chica eléctrica"?
-Nunca he abusado de la "Chica eléctrica". Después de La Pozze Latina, con DJ Raff y Solo di Medina nunca la cantaba en vivo. Sólo cuando me invitaba el Jimmy (Fernández) o el Hernán (del Canto, ambos de La Pozze Latina). A mí me gusta cómo ha envejecido la "Chica eléctrica". De hecho en el disco busqué volver a la Chica sin usar la "Chica eléctrica". Ese coro, el tipo de letra y la melodía soy yo. Es bien cochino en realidad y la gente no se da cuenta pero es sobre sexo oral. Es chistoso ver que la gente canta la letra y no se da cuenta de lo que están cantando (risas).