Bohemia noise

Si una banda programa una canción de Edith Piaf antes de su actuación, ya es una razón suficiente para prestarle atención. Si los músicos aparecen vestidos con impecables ternos, sombreros y corbatas, mejor aun. Y si consiguen repletar la SCD de Bellavista, no hay nada que hacerle sino escucharlos atentos.

"Bienvenidos al Cabaret", decía David Gonzalez (voz y guitarras) antes de atacar con "Pulsión" mientras en una pantalla se proyectaban imágenes de restoranes, callejuelas y desnudos de los años '20. Así como Belle and Sebastian homenajean a la nouvelle vague, estos muchachos utilizan la bohemia como mundo simbólico.

Pero en lugar de hacer jazz guachaca o foxtrot, ellos parten desde el rock, tal como sus adorados Overhead. A pesar que algunas canciones como "Atrapando realidad" y "Santiago bohemia" aun necesitan ser trabajadas (básicamente, encausar los estribillos y salirse del fraseo vocal estilo Cerati), cuando despega Cabaret Nobelle llega alto.

"Paseo nocturno" es simplemente excelente. Una melodía que va creciendo gracias al notable sonido de la melódica, aquel instrumento tan afrancesado. "Sentado en el viento", es una balada de guitarras recargadas que en vivo suena mucho más intensa que en su MySpace. La acústica "Plegaria para un viajero", fue uno de los puntos altos de la noche y confirma que entre las bandas nuevas el interés por el folclor a lo Víctor Jara no es pasajero. 

Durante el intermedio apareció sorpresivamente Jirafa Ardiendo quienes interpretaron en formato acústico la impresionante "Lectura veloz" y "Fiesta". Hacia el final vino el desmadre con dos increíbles versiones de "Hush" (pero la versión de Kula Shaker) y "Rocks" el hit más rollingstoneado de Primal Scream. Incluso hubo sección de vientos en el escenario.

La gente estaba extasiada y los nervios de la banda desaparecieron hacía rato. Tanto que en lugar de cerrar con estos covers siguieron con "Astrorockerstar" (con un guiño a "My Sharona") y "Lady Buckowsky". En su sitio explican que saben que lo correcto sería "Bukowsky". Vaya uno a saber la alteración del apellido del celebrado escritor.

Cabaret Nobelle no decepciona, a pesar de transitar esa etapa donde una agrupación define su camino. Debatiéndose entre el rockismo y las influencias no tradicionales. Porque cuando abandonan la electricidad logran intensidades que curiosamente la distorsión no les permite. Representantes de una nueva clase media rockera ilustrada, lanzaron destellos que van más allá de sus influencias. Y eso sólo nos hace esperar nuevas fechas antes de su inminente disco debut.