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Ex músico de Los Twist Daniel Melingo apunta al tango

“Mi tango no es el del cornudo llorón", dice el saxofonista que también tocara en las bandas de Charly García en los '80.

31 de Enero de 2008 | 12:31 | EFE
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Daniel Melingo, tanguero feroz ex Twist. Para él la milonga es santa y el tango maldito.

sitio oficial

CANNES.- Daniel Melingo, candidato a un premio Goya a la mejor canción original, se ha “prohibido” componer o cantar tangos de amor o desamor, lo suyo es el tango costumbrista, el que va a las raíces y continúa el legado del maestro, Carlos Gardel.

"El tema del que no hablo es el del amor y del desamor, el del cornudo llorón es un tema que no toco, me lo tengo prohibido,” dice Melingo, con una sonrisa que acompaña su voz profunda y pausada.

Melingo, que acaba de inaugurar su medio siglo de vida, de la cual consumió casi una década en Madrid, es de los que piensan que en el tango caben muchas otras cosas.

"Se puede hablar de denuncia social, de pequeñas escenas trágicas o hasta policiales, del bajo mundo, de la prostitución, de las drogas. Se pueden tocar temas de una manera histórica o fantasiosa, que puede hablar de un vampiro arrabalero comparándolo con Drácula, o hacer el tango del destripador o hablar de doctor Jekyll y mister Hyde”, dice,

Melingo sorbe sin prisa, vuelve a posar sobre la mesa la taza blanca y continúa: “Me di cuenta de que puedo transmitir otro mensaje sin salir de lo tradicional, que es el tango-canción, abordando también mi sonoridad tradicional neoclásica, mirando siempre hacia el tango de raíz, el más primitivo, el tango africano”.

Pero con una particularidad: “Le doy una sonoridad actual, con mi mezcla más usada que es la psicodelia. Ni el rock ni lo electrónico, la psicodelia,” insiste quien fundó el grupo de culto Lions in Love en los coletazos de la “movida madrileña” y que ahora, desde la distancia, cree que “se adelantó a la época”.

Tango, que me hiciste mal

Tiene algún tango con letras de Joaquín Sabina e incluso ha grabado dos canciones con sendos poemas de Federico García Lorca. Recita en un susurro “La guitarra,” que cree que sacó del libro "Cante jondo,” aunque ya no se acuerda: “Empieza el canto de la madrugada, se rompen las copas al alba. Empieza el canto de la madrugada, es imposible callarla”.

Le viene a la mente otro, “El paso de la seguidilla,” que intenta "milonguear” sobre la marcha: “Entre mariposas negras va una muchacha morena junto a una serpiente blanca,” pero el piano que suena de fondo con otras cadencias le hace perder el ritmo.

Su interpretación de “La guitarra” está editada en su álbum Tangos bajos (1998), el tercer disco de su discografía tanguera, que continuó con Ufa (2003) y Santa milonga (2004). Junto a la taza de té está su último trabajo Maldito tango, editado por el sello francés “Mañana naïve” y que saldrá a la venta en marzo, cuando arranca la gira de promoción por Francia, Bélgica, Suiza, Grecia, Turquía, España, Inglaterra y Alemania.

Del tango dice que sólo tuvo que aprender la técnica porque “lo llevaba en la sangre.” A Madrid asegura que siempre es una alegría volver y quién sabe si el próximo domingo pudiera hacerlo por la puerta grande, ganando el Goya a la mejor canción original con su tema “Pequeño paria,” incluido en la película “El niño de barro,” de Jorge Algora.

Con el título de su nuevo disco, hace un paralelismo entre los poetas malditos franceses y los argentinos, en concreto los poetas lunfardos, que es "el idioma literario del tango” y que tuvo un origen carcelario.

De Maldito tango, que tiene “once temas originales,” Melingo escoge el penúltimo, “Cuando la tarde se inclina,” y se explica: “Es una metáfora sobre el atardecer en un barrio cualquiera de Buenos Aires y es muy descriptivo y costumbrista, e incluye hasta a la pareja que va caminando por la acera abrazada y mintiéndose bajito lo mucho que se quieren.”
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