Claudia Stern

El recorrido de la música popular ha enseñado una y otra vez que el pop es una industria de masas, y que desde Motown y el rock and roll hasta RBD o Kudai la canción es sólo el primer componente indispensable de una maquinaria destinada a conquistar a las audiencias. Pero también hay casos en que el pop puede ser un asunto de pura vocación musical, y en los que al menos todavía no está la maquinaria, sino sólo la música. Como con Claudia Stern. Es una cantante chilena, independiente, pero su primer disco como solista está hecho de canciones que podrían sonar en la radio o en una teleserie. Ésa es la materia prima.

Ella ya era la vocalista del dúo de música new age Alkymia junto al músico Álvaro Taboada, y aquí reaparece la misma dupla, con él en la producción y la mayoría de los instrumentos y con Claudia Stern en la voz. Y "Huracán" es uno de los ejemplos mejor compuestos de que estas canciones tienen esa raíz reposada, aérea a veces. Pero el sonido sí es pop, desde la batería de Cristóbal Rojas a los teclados de Nano Stern, hermano de la cantante, o desde los detalles digitales y guitarras acústicas hasta un reggae pop como "Luciérnaga" y las bases electrónicas sutiles de "Ausencia", que al final del disco se transforman en una remezcla dance.

Claudia Stern tiene una voz calma, matizada sin caer nunca en alardes. "Pálida, soy ingrávida, soy tan frágil", dice en la primera canción, y parece un autorretrato de esa voz, transparente y ligera, con las que canta las letras íntimas o de plano sentimentales del disco y termina de situarse en una línea entre Nicole y una compositora pop como la colombiana Soraya. Dos coincidencias al azar lo corroboran. En "Tantas veces" alguien con memoria pop se puede poner a cantar "Tú y yo", de Supernova. Y "Ay amor" se llama como el primer hit de Myriam Hernández en 1989. Cruces de la materia prima del pop.