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La Quinta de Mahler puso a Rettig contra las cuerdas

El batuta nacional venía precedido con una categoría de experto en la obra del checo y a pesar de que en otras ocasiones ha demostrado ser un gran intérprete de Mahler, ha quedado en deuda con un público que le exigió mucho más.

17 de Marzo de 2008 | 12:45 |
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El maestro Rettig frente a la Sinfónica de Chile y por momentos superado por la Quinta de Mahler

El Mercurio

Ahora fue la Orquesta Sinfónica de Chile, la que inauguró su temporada 2008, en Teatro Baquedano de la Plaza Italia, pocos días después de que la Filarmónica lo hiciera en el centro de la ciudad, en su Teatro Municipal. Bajo la conducción de Francisco Rettig se abordó una de las complejas obras de Gustav Mahler. Nos referimos a su “Quinta Sinfonía en Do Menor”, obra en la que retoma las sinfonías sin la presencia de la voz humana.

En este caso los desafíos se presentan en el sentido de darle unidad a un material que a primera vista parece muy heterogéneo en cada uno de sus cinco movimientos. Y en este aspecto nos parece que la versión de Rettig lo consiguió sólo parcialmente, pues a veces nos encontramos con secciones ampliamente logradas en todo sentido, mientras que en otras nos parecieron sin la “sustancia” emocional de Mahler. Creemos que no basta con enfatizar los fortes para darle sentido al discurso musical.

Desde la inicial “Marcha fúnebre”, con sus tres temas contrastantes, primero la solemne y patética marcha, que se opone al lírico tema que presentan posteriormente las cuerdas, para luego presentar otro tema muy atormentado en toda la orquesta, secciones que en su desarrollo alternado, pasan por una gran gama de estados emocionales, algunos de ellos extraordinariamente descriptivos.

Consideramos que este movimiento inicial, fue el más débil de la presentación. Falto de unidad y fraseos confusos, particularmente en los bronces, de desempeño frío y desperfilado. No obstante sería injusto no destacar el hermoso y musical sonido de las cuerdas, donde pareciera que Rettig centró toda su atención.

El segundo movimiento, “Agile”, se escuchó más unitario y con los bronces en una mejor perfomance. Un factor que incidió en fraseos e intenciones más coherentes, sobresaliendo una vez más el sonido de las cuerdas de gran expresividad. El “Scherzo” que sigue, y en el que predomina el tempo de “ländler”, fue un paso ascendente en la versión. De éste destacaremos los fraseos de maderas y cuerdas, tanto como el sonido de los cornos.

Si bien tal vez pecó de una lentitud exagerada, el famosísimo “Adagietto” lo consideramos un gran éxito de Rettig. Y así también las cuerdas junto al arpa de un excelente Manuel Jiménez, pues apareció la profundidad reflexiva del sereno y emotivo tema.

Luego de un prometedor inicio, en el quinto movimiento y final, “Rondó- Finale”, éste fue paulatinamente perdiendo tensión, desapareciendo los balances en medio de fortes excesivos de los bronces. También reaparecieron los desajustes rítmicos del primer movimiento, pues los bronces en largos pasajes se atrasaban. El efectista final, sólo se consiguió a medias.

Pensamos que Francisco Rettig, quien en otras ocasiones ha demostrado ser un gran intérprete de Mahler, ha quedado en deuda con el público, que esperaba mucho más de sus presentaciones frente a uno de los compositores más exigentes en cuanto interpretación.

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