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La decisión correcta

El ídolo hispano mantiene su arraigo popular y un stock de imperecederas canciones, pero su voz ya no lo acompaña como antes. Más cerca de los 70 años que de los años '70, el cantante está en Chile para despedirse, en una determinación que, aunque a muchos les duela, es la más adecuada.

22 de Mayo de 2008 | 10:14 |
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Camilo Sesto evidenció serias dificultades para alcanzar tonalidades más altas. Para sobreponerse, recita, trastabilla, baja el volumen, aleja el micrófono, pide apoyo al público, se refugia en su coro o, derechamente, guarda silencio.

Harold Castillo

Las pantallas gigantes en Arena Santiago muestran una y otra vez la promoción de los conciertos que Camilo Sesto ofrece por estos días en Chile, y eso basta para anticipar lo que se viene. En cada ocasión en que "Algo de mí" vuelve a sonar al fondo de viejas imágenes del español, los gritos suenan desde las galerías repletas. Todas las veces, sin excepción.

A las 20:10, entonces, cuando la muy delgada figura del cantante aparece sobre el escenario, el desborde es total. Un teclado algo progresivo anuncia la apertura con "Contigo soy capaz de todo", mientras el español saluda a las cerca de doce mil fanáticas que repletan el recinto de Parque O'Higgins. El tiempo parece congelado: La devoción de ellas es la misma de hace 30 años, la cuidada melena de Sesto no ha sufrido mayores variaciones y sólo una que otra arruga asoma en su rostro de 61 años.

Sin embargo, a poco andar queda claro que, pese a ello, las cosas ya no son iguales. Aunque sus esenciales éxitos envejecen como pocos lo han logrado en la música romántica, la voz del cantante sí da cuenta del marcado paso del tiempo. Su registro grave y elegante suena algo gastado en los primeros minutos, con "Con el viento a tu favor", "Mientras me sigas necesitando" y "Mi mundo tú".

Pero los que a esa altura todavía parecen simples detalles, pronto comienzan a tranformarse en marcadas falencias. El cantautor evidencia serias dificultades para alcanzar las tonalidades más altas de sus canciones, que, cuando aparecen, él enfrenta de diversas maneras: recita, trastabilla, baja el volumen, aleja el micrófono, pide apoyo al público, se refugia en su coro o, derechamente, guarda silencio.

Una situación que se manifiesta de manera notoria en temas como "Miéntele" y "Mi buen amor", pero particularmente en "Jamás", cuando el español probó cerca de cuatro tonos hasta dar con el que más le acomodara (lo que, de paso, habla muy bien de sus músicos).

Se trata de temas exigentes, llenos de variantes, que necesitan un amplio espectro vocal y que el mismo cantante compuso. El problema es que lo hizo para su extraordinaria garganta de 30 años, que pasados los 60, naturalmente, no le responde de la misma forma. Por eso su decisión de dejar los escenarios, aunque duela a sus eternas y devotas fanáticas, aparece como adecuada y sensata.

Sin embargo, la suma de factores técnicos, artísticos y emotivos, obligan a acotar los cuestionamientos. Hay algunos que tendrían que haberse retirado hace rato, pero todavía se les ve insistiendo en pasear su disminuido estado por escenarios menores. El español, en cambio, pese a contar con éxitos imperecederos y a patentar una fórmula de la que varios han bebido y que aún funciona, se atrevió a tomar la decisión. Eso también es destacable.

Ahora, que Camilo Blanes descanse, se distraiga y deje de preocuparse por Camilo Sesto, que jornadas como la de anoche en Arena Santiago tienen que haberle dejado en claro que su mito, seguro, seguirá creciendo.

Los himnos de la noche

1. Contigo soy capaz de todo
2. Con el viento a tu favor
3. Mientras me sigas necesitando
4. Mi mundo tú
5. Donde estés, con quien estés
6. Miéntele
7. Si tú te vas
8. Has nacido libre
9. Tarde o temprano
10. Piel de ángel
11. Mi buen amor
12. Melina
13. Fresa Salvaje
14. Amor mío, qué me has hecho
15. Samba
16. Sin remedio
17. Déjame participar en tu juego
18. Jamás
19. Quieres ser mi amante
20. El amor de mi vida
21. Qué más te da
22. Medley: Amor de mujer; Ayudadme; Amor, amar; Todo por nada
23. Algo de mí
24. Vivir así es morir de amor
25. Perdóname

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