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La marca del lápiz labial

Una de las figuras más prometedoras de la generación reality mete al congelador su carrera en solitario para probar suerte en grupo. De la estampa de Jennifer López chilena salta al agresivo look del grupo Ruch (que se lee como Rouge), un proyecto ambicioso al amparo de un verdadero dream team del pop local. "Todo dependerá de nuestros siguientes pasos, y espero sean muy buenos", dice.

23 de Mayo de 2008 | 14:09 |

En 2003 Ximena Abarca hacía su aparición como una inusual exponente en el nóvel mundo de las chicas-reality. Lejos de las reñidas disputas de sus colegas en "Protagonistas de la Fama" y "Operación triunfo", la cantante simplemente arrasó en "Protagonistas de la Música", donde ganó con más de un 60 por ciento de los votos (su más cercano seguidor tuvo menos del 20 por ciento).

Su carrera, entonces, se veía promisoria. Más allá de los prejuicios hacia la plataforma que escogió para aparecer en la esfera pública, la cantante no sólo había logrado explosiva popularidad; además se mostraba como una de las hijas más prometedoras de la generación de cantantes televisivos y con la suficiente materia prima como para transformarse en una estrella pop local. Al estilo J-Lo, por qué no.

Sin embargo, luego de dos discos editados (Punto de partida en 2004 y Provocación en 2006), una participación en el Festival de Viña (2004) y algunas temporadas con diversas apariciones en televisión ("Mekano", "Infieles" y, más recientemente, "Hit"), Abarca salió de los focos principales. "Logré estar entre los discos más vendidos con Provocación, pero dejé de hacer promoción, caché que no pasaba nada y me di cuenta de que toda mi carrera musical había estado muy ligada a la tele", dice.

El cuestionamiento es paradójico en alguien que eligió precisamente a la pantalla chica para asomar en el mundo de la música, pero ella lo asume. "Uno crece y cambia. Cuando llegué al reality no cachaba mucho a lo que iba. Después de ganarlo intenté por fuera de la tele, pero me costó muchísimo. Ahí recibí la oferta de Mega, que incluía grabar un disco, y dije 'no es lo que quiero, pero me puede ayudar'. Son decisiones que tomé de acuerdo con el panorama, y creo que fueron las correctas. Pero luego dije 'quiero algo más que esto'. Que se me vea como cantante y no como la chica de 'Mekano' o de 'Protagonistas', porque tengo más para entregar".

Entonces llegó una nueva oferta, que no incluía seguridad económica ni pantalla, sino un proyecto en el que se dio permiso para creer y que hoy la tiene de vuelta en radios y canales de videoclips: Ruch (léase al estilo rouge), un grupo de cuatro chicas (Ximena, Luti, Mai y Berni) que tiene a un verdadero dream team pop detrás. Aparte de Abarca, en el equipo figuran el ex tecladista de La Ley, Rodrigo "Coty" Aboitiz; el ex mánager de la misma banda, Alejandro Sanfuentes; y el ex compositor de Kudai, Gustavo "Guz" Pinochet.

"La idea partió de la Mai con Alejandro. Ellos tenían ganas hace tiempo de hacer un grupo y luego se fue armando el equipo. Yo fui la primera en llegar, después todos llegaron de a poquito, y cada uno aportaba cosas diferentes", cuenta.

-Al ver esta composición del equipo es inevitable preguntarse por el equilibrio de poderes entre las cuatro integrantes y quienes trabajan con ustedes.
-En el grupo todo se conversa. Por supuesto que hay discusiones, desacuerdos, pero siempre se llega a un consenso, nadie impone lo que hay que hacer. Lo bueno es que siempre sabemos que nos escuchamos. Nosotras aportamos nuestras ideas. Yo había trabajado como solista, y ésa era mi visión del trabajo, entonces para mí fue un proceso súper heavy trabajar con otras tres chicas que iban a tener que subirse al escenario conmigo. Fue un proceso divertido, en el que fueron fluyendo las cosas de forma muy natural.

-Emol hizo un foro cuando presentamos el video de "Dónde", y ahí los lectores se dividían entre los que encontraban muy buena su intención y los que decían "ah, otro grupo prefabricado". ¿Cómo tomas este comentario, que seguro ya te han hecho?
-Lo he escuchado, pero también me pasó cuando estaba sola. Y todo lo dice el tiempo, yo no te puedo decir lo que va a pasar de aquí a uno o cinco años, pero sí te puedo decir que trabajamos mucho. Ensayamos mucho, cada una trata de componer, de aportar, y además de un equipo de trabajo somos un grupo humano muy cálido. Todo eso suma para que el trabajo sea real y verdadero. Claramente hay cosas que están: somos cuatro mujeres, se explota lo femenino, de chicas power. Eso es súper marketero, lo sé, pero una cosa no quita la otra.

-El single tiene mucho de rockero, ¿va a seguir siendo ése el perfil de sus canciones?
-Sí, es como un rock-pop o power-pop, una cosa así. Yo creo que la línea va a seguir por ese lado, nos sentimos muy cómodas. Además se han ido descubriendo las identidades de cada una, por lo que yo creo que las composiciones, que pretendemos hacerlas nosotras, van a ir con la semillita de cada una.

-¿Y ese look, tan sensual, como de chicas malas?
-Pero no es de chicas malas. Es un poco lo que fluye, como que cada una tiene su onda y desembocó en esto, no es algo que se planeó. Se deja ser tal cual como uno es.

-¿Cuáles son sus horizontes? A primera vista se ve un proyecto ambicioso...
-Por ahora es trabajar aquí, seguir componiendo, ensayando, sacar nuevos singles, videos, y en un mes y medio más vamos a estar pensando en tocar. Disco todavía no. Y a largo plazo tenemos sueños nomás, pero todo va a depender de los pasos siguientes que vamos a dar, y espero sean muy buenos.

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