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¿Cómo te llama?

25 de Julio de 2008 | 20:11 |
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La irrupción de los Strokes a principios de la década se sustentó en tres puntos. Primero, su estudiado look aristo-white-trash (así llamaban la atención de las mujeres y los hombres querían parecerse a ellos). Segundo, los estribillos retrofuturistas (canciones buenas, que recordaban tanto al pop de sintetizadores como al rock de garage y que daban ganas de tener el disco completo). Tercero, el rasgueo de las guitarras. El jangle, como le dicen en Inglaterra, primer lugar que celebró al quinteto como antídoto al metal-rap o la electrónica populista de principios de esta década. La banda había nacido con un sonido.

El gran responsable de esto último fue Albert Hammond Jr. Compositor, estudiante de cine y aplicado guitarrista que, vaya una a saber de dónde, aprendió a incendiar su instrumento con el mismo frenesí de los Wedding Present o Another Sunny Day, subterráneas bandas inglesas pop que hicieron de rasguear la guitarra eléctrica marca de fábrica.

¿Cómo te llama? es su segundo disco tras el buen Yours to keep (2006) y deja claro que las "vacaciones" de los Strokes tienen para rato. De hecho, en lugar de reclutar a un compañero de banda,  llamó a Sean Lennon, el "ultraindie" hijo de John para que tocara el piano. Si bien podría haberle preguntado a algún amigo puertorriqueño (de esos que abundan en Nueva York) si estaba bien escrita la pregunta, en verdad la redacción del título no importa mucho.

Lo interesante es cómo Hammond Jr. –hijo del autor de "Necesito poder respirar"– elabora la respuesta. Su nombre/identidad sería la forma en que procesa sus influencias. Música que escuchaba cuando crío pero vista desde las elegantes verdedas del indie pop/rock contemporáneo. ¿Cómo sonar a 2008 si la misma idea de futuro está aun más difusa que el 2003 cuando los Strokes se popularizaron globalmente?

Así, ¿Cómo te llama? apela al glam setentero ("In my room", "Rocket"), post-punk ("Victory at Monterrey"), dub ("Borrowed time"), piano rock ("Feed me Jack"), dream  pop ("Spooky Couch") y ¡mucho jangle! ("G Up", "Bergain of century"). Es decir, viejos estilos con extensas zonas vírgenes que, a diferencia del hard rock o pop sesentero, aun se les pueden extraer cosas nuevas. Y el experimento de Hammond resulta, porque su disco suena a "presente", novedoso y  fresco, alejado del ejercicio de estilo y la parodia. Un raro espécimen de esos álbumes que se escuchaban completos y que te dejaban bien, optimista.
¿Y el resto de los Strokes, donde está?

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