SANTIAGO.- De acuerdo con los archivos de los hermanos Lucía y Joaquín Galán, la relación entre Pimpinela y el público chileno tiene un hito fundacional: La actuación del dúo en el Festival de Viña del Mar de 1984.
Para entonces, el dúo ya contaba con tres discos en el cuerpo, editados desde el año 1981: Las primeras golondrinas, Pimpinela y Hermanos, los cuales incluían canciones como "Olvídame y pega la vuelta", "A ésa" o "Una estúpida más", a la postre éxitos mayores del cancionero latino romántico, y que en ese minuto les permitieron retirarse de la Quinta Vergara con la antorcha de plata entre las manos.
Por eso, en la conversación a propósito del festejo de sus 25 años de carrera —que los avatares de giras y ediciones postergaron hasta hoy, cuando ya cuentan 27— el recuerdo aflora solo.
"La relación que tenemos con el público chileno ha sido siempre fantástica. Tenemos un recuerdo maravilloso desde aquel año 84 en Viña del Mar, que fue el momento en que se nos terminaron de abrir las puertas para toda Latinoamérica. Hemos querido volver durante muchos años de nuevo al Festival, y no sé si por razones políticas, empresariales o contractuales no se ha podido lograr", cuenta a Emol Lucía Galán, la mitad femenina del dúo.
Pero la cantante encuentra pronto consuelo a esa ausencia, al confirmar que el 26 de noviembre se presentará junto a su hermano en el Teatro Caupolicán, festejando el cuarto de siglo del dúo y la edición de un nuevo disco: Diamante. "Iremos con nuestras canciones de siempre y las de nuestro nuevo disco", dice.
-¿Por qué mencionaste razones políticas como una posible causa de que no volvieran a Viña?
-Es que no tenemos idea, porque no sé bien cómo se maneja el tema de la selección de los artistas. Hay tantas versiones al respecto. Como nosotros jamás nos hemos metido en ese tipo de problemáticas, siempre hemos estado al margen, no sé cuáles fueron exactamente los motivos por los cuales siempre que estaba nuestro nombre para quedar entre los artistas del Festival, no se terminaba de concretar.
-Entonces, desde el 84 en adelante hubo conversaciones para que volvieran...
-Sí, con los empresarios nuestros. Pero si Dios quiere, ahora con la compañía (Sony) por ahí están hablando para ver, porque nos encantaría volver en nuestro 25° aniversario. Sería un sueño muy lindo para nosotros.
-No serían los únicos festejando. En 2009 el Festival cumple 50 años.
-¡Pues claro! Fíjate que cuando nosotros actuamos fue el 25° aniversario del Festival, me acuerdo perfecto. Ganamos la antorcha. Así es que yo creo que ahora tendríamos que estar sí o sí (risas), en el 50° aniversario de Viña del Mar y el 25° nuestro.
-¿Crees que Pimpinela sigue manteniendo el sello de baladas románticas más convencionales, al lado de canciones más lúdicas sobre la pareja?
-Sí, a nosotros no nos gusta que nos encasillen con el tipo de canciones. A pesar de que somos artistas que mezclan teatro y música, no sólo hacemos canciones de pelea, aunque no me parece mal, porque es lo que más ha pegado en la gente. Pero también tenemos canciones que le cantan a la familia, los hermanos, a la problemática socio-cultural, a la niñez carenciada, desprotegida. Y también, por supuesto, tenemos temas que nos divierten, en que jugamos con el humor y nos tomamos el pelo a nosotros mismos.
-Muchos artistas han intentado distanciarse de la imagen más reconocible que se ha construido de ellos, ¿les pasó alguna vez?
-No, nunca hemos renegado de lo que la gente o los medios veían en nosotros. De una misma propuesta artística yo puedo ver una cosa y tú puedes ver otra, y ambas visiones son válidas. Arriba del escenario jugamos a hacer muchos personajes y cantar muchas historias, algunas de desamor, otras del amor apasionado, de la importancia de la pareja, la familia, los hijos. En realidad, de las cosas que nos pasan todos los días. Tal vez hoy son cosas que hace diez años no nos movilizaban.
-Imagino que, tratándose de un aniversario importante, en el concierto de noviembre se escucharán todos sus clásicos...
-Por supuesto. En un concierto nuestro no pueden faltar "Olvídame y pega la vuelta", "A ésa" o "Una estúpida más". Tratamos de, en una hora y media o dos horas de show, dar a la gente las canciones que esperan de nosotros, pero también que conozcan Diamante, porque son historias de hoy que seguramente pueden gustar y emocionar.