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El otro elenco en la barbería

La cuidadosa preparación fue evidente en el afiatamiento de cada una de las escenas de un elenco juvenil alternativo al principal de "El barbero de Sevilla". Algunas de las cuales resultaron verdaderamente hilarantes en lo teatral y solventes en lo musical.

26 de Septiembre de 2008 | 11:37 |
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Evelyn Ramírez, una de las voces sobresalientes de la lírica joven, destacó otra vez por su nivel técnico y su gracia actoral.

El Mercurio

Refrescantemente juvenil fue elenco encargado de dar vida a la versión de la llamada “Ópera estelar”, para “El barbero de Sevilla” de Gioacchino Rossini. En la función que comentamos el nutrido conjunto de cantantes nacionales, junto a un ilustre invitado extranjero, no sólo mostraron sus cualidades vocales, también lo hicieron en actuación con soltura y gracia.

La cuidadosa preparación fue evidente en el afiatamiento de cada una de las escenas de conjunto, algunas de las cuales resultaron verdaderamente hilarantes en lo teatral y solventes en lo musical. La Orquesta Filarmónica volvió a mostrar hermoso sonido e intencionalidad en los fraseos, ahora dirigida por el experimentado Miguel Patrón Marchand. El conductor se mostró un poco falto de tensión en el primer acto, pero luego entregó la chispa necesaria en el segundo, provocando un contagio general de energía que llevó a niveles de excelencia la presentación.

En este elenco, el régisseur Favio Sparvoli introdujo algunos cambios en los movimientos, seguramente para adecuarlos a las condiciones juveniles y menos experimentadas de varios de estos cantantes y consiguiendo de esta forma un máximo rendimiento.

El barítono rumano Marian Pop fue un genial “Fígaro”, poniendo al servicio de bella y poderosa voz, un histrionismo de la mejor escuela. Sacó carcajadas del público en algunas de las escenas. En su aria “Largo al Factotum” no sólo cantó espléndidamente, también hizo malabares y bailó con tremenda gracia. Evelyn Ramírez, como “Rosina”, hizo gala de su privilegiado bello timbre de mezzosoprano. Mostró toda su capacidad al transitar sin problemas por la extensa tesitura y con gran propiedad en las complejas coloraturas. Agregó además su gracia como actriz, por ello fueron justificadas las ovaciones al final de la función.

Jaime Caicompai, el joven tenor, cantó el rol del “Conde de Almaviva”. Con un comienzo débil en lo vocal, fue creciendo en lo musical y en actuación. Se impuso con soltura en el segundo acto, donde mostró sus cualidades vocales y actorales, particularmente como el falso “Don Alonso”. Señalaremos que en la serenata del primer acto, donde fue acompañado en guitarra por el director Patrón Marchand (otra de las genialidades de la régie), dio rienda suelta a su musicalidad.


Vocalmente muy bien, y jugando simpáticamente con su papel de “Don Bartolo” se vio a Sergio Gallardo, que mostró pasmosa seguridad en su endiablada aria “Un dottor della mia sorte”. El bajo Homero Pérez-Miranda fue un descubrimiento en su divertidísimo papel de “Don Basilio”, de reconocida calidad vocal y con afinidad en papeles dramáticos, en este rol dio muestras de gran versatilidad, su aria “La Calumnia” fue estupenda.

Hermosa y potente es la voz del joven barítono Pablo Jiménez, quien cantó “Fiorello”. Mejor en lo vocal que en actuación se mostró “Berta” que cantó Carmen Sánchez con sólida voz y seguridad. Muy correcto el “Oficial” de Carlos Guzmán. El público encantado ovacionó largamente a este joven elenco de la llamada “Ópera Estelar”.

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