Guía para las noches de rock en Santiago

Kaiser Chiefs: Rock de estadios

Si Noel Gallagher de Oasis habla de ti, considérate bendito. Sea para bien o para mal. Si no, pregúntenle a Kaiser Chiefs, a quienes el bocazas de Oasis los acusó de ser copiones, mediocres y funcionar como una versión actualizada de los Monkees, esa banda de pop chicle que se “inventó” en Estados Unidos para quitarle público a los Beatles.

“Ni él se da cuenta la máquina publicitaria que es y lo bien que nos ha hecho”, señaló el grupo en una entrevista. Sin embargo, la banda ya cargaba una fama bien merecida. Si, porque su disco Employment (2004) los posicionaba como los más hooligans entre los prometedores nuevos grupos como Franz Ferdinand o Bloc Party. Sí, porque más que estar preocupados de hacer bailar a la gente, ellos quieren que un estadio de futbol adopte sus estirados estribillos mezcla de mod (entendido a la manera de los Who) y punk. Basta escuchar su excelente single “I predict a riot”.

La banda se presentará a las 19:45 horas aproximadamente y presentarán el disco Yours truly, angry mob (2007), del que destaca su single “Ruby”. En un par de semanas más lanzarán Off with their heads, del que probablemente adelanten temas, aparte del difundido “Never miss a beat”.

www.kaiserchiefs.co.uk


Mars Volta: La venganza

Ya se habían presentado el 2004 en el San Carlos de Apoquindo. Ante un estadio repleto de fans más interesados en Morrissey y P.J. Harvey que en este demencial combo de rock progresivo e influencias afrolatinas. Incluso venían con un invitado de honor: el Red Hot Chili Pepper John Frusciante. Sin embargo, sin ser un fiasco el concierto no cumplió las expectativas de la propia banda. Muy poco tiempo y poco público interesado.

Este año se produciría el desquite, entendido como una venganza, de la banda de Cedric Bizler-Zavala y Omar Rodríguez López. Ellos vienen a presentar The bedland in Goliath (2008) un disco repleto de guitarras, quiebres, improvisaciones y música avant-garde. Sin duda, la banda más inquieta creativamente del Sue.

www.themarsvolta.com


The Jesus And Mary Chain: Motosierras eléctricas

Mezclar la ternura con el salvajismo es casi la marca de fábrica del rock. Lo novedoso es cómo se hace. Ahí tienen a Velvet Underground y sus discos mitad ruidosos y mitad celestiales, o el experimento de McCartney en Live and let die (1973). Sin embargo a mediados de los '80, una banda escocesa underground logró una maravilla. Se trata de Psychocandy (1985), un disco que bajo la máscara de amplificadores baratos a máximo volumen y guitarras rasgueadas despreocupadamente, escondía canciones en la tradición Motown y del sunshine pop de los '60. Y un look a lo The Cure compartido por los hermanos Jim y Wiliam Reid, los cerebros del grupo.

Después intentaron ser más sofisticados y eliminar el ruido que alguien definió como “una motosierra dentro de una tormenta eléctrica”. Automatic (1989) y Honey's dead (1992) eran excelentes discos que los mostraban autoconscientes de la generación “alternativa” que habían ayudado a formar. Desde el indie inglés del C-86 (mítico cassette publicado por la New Musical Express) hasta bandas americanas como Sonic Youth o Pixies.

Se separaron a mediados de los '90 y hace un año volvieron. ¿Por qué verlos? Porque son los culpables que el rock alternativo haya abandonado la monotonía de acordes punk y haya mirado los viejos discos pop, sin olvidar jamás hacer ruido.

www.myspace.com/thejesusampmarychain


REM: Los decanos

Sin duda la banda más esperada y que tocará las dos noches de Sue. Héroes del rock alternativo estadounidense. A principios de los '80, cansados de la aburrida escena hardcore estadounidense, que sólo se dedicaba a acelerar cada vez más el ya viejo punk, decidieron hacer un proyecto diferente.

Guiados por la melomanía de Peter Buck (un fanático de los Byrds, Big Star y el power pop) y la lírica desesperada de Michael Stipe, la banda consiguió una muy personal actualización del country-folk americano al cruzarlo con el modernismo la new wave y el pop. Sin olvidar la percusión post punk de Bill Berry y el bajo ritimico de Mike Mills.

En un par de años, ya eran una celebridad en los circuitos universitarios y tras publicar Document (1987) gracias a singles como “The one I love” y “Is the end of the world as we know it” se hacen realmente grandes. Ese año firman con Warner, porque “de entre todos los sellos que nos querían contratar, éste nos cayó bien porque es el mismo de los dibujos animados”, declaró Buck.

De ahí se volvieron imparables: Green (1989), Out of time (1991)  y Automatic for the people (1992) forman una trilogía que fundó las bases del rock alternativo que explotaría en los '90 en Estados Unidos. Basta escuchar “Everybody hurts” o “Man on the moon”, de este último. Hits de un album que iluminó a Kurt Cobain de Nirvana, quien llegaría a declarar: “me gustaría hacer un disco así… qué buenas canciones por Dios”. Esa particular lectura de la música de raíz era lo que le faltaba a los Pixies o Sonic Youth para pegar fuerte en los corazones de ese país.

Sin embargo, cuando todo el rock alternativo sonaba como REM (Live, Counting Crows, Toad the Wet Sprocket), ellos decidieron elevar la electricidad y el ruidismo en el disco Monster (1994). De ahí las cosas se complicaron: se fue el baterista Bill Berry, perdieron el rumbo en la electrónica del disco Up (1998) y se desactivaron por un tiempo. Afortunadamente este año sacaron Accelerate, un disco que pule sus influencias folk con el power pop de sus inicios y las guitarras del Monster. Canciones poderosas como “Supernatural superserious” o “Man-sized wreath” o inmersiones en la raíz como “Hollow man”. Esto es lo que vendrían a presentar a Chile, la saludable fortaleza de una banda que hizo historia y que al fin está de vuelta.

www.remhq.com