SANTIAGO.- Es momento de un entretiempo, pero no de descanso. Luego de publicar dos volúmenes de "Historias secretas del fútbol chileno", los periodistas Juan Cristóbal Guarello y Luis Urrutia O'Nell, conocido con el seudónimo de "Chomsky", publican "Anecdotario del fútbol chileno" (Ediciones B), una recopilación de mínimas historias que ocurren en estadios, hoteles, viajes, bares o mundiales, y que será presentada este viernes en la sala Camilo Mori de la Feria del Libro (19:00 horas).
"El mismo lector necesita un recreo y hay que matizar. Había que dar un descanso y también había historias que quedaban al margen", explica Guarello. Ambos autores acumulan entre ambos una veintena de medios en sus currículums, suficiente para compilar esta vez un extenso anecdotario, donde una abundante colección de personajes se desparraman en más de trescientas páginas. En total, más de mil anécdotas.
"El escritor uruguayo Eduardo Galeano se confiesa como un mendigo del buen fútbol, que va por la vida sombrero en mano y en los estadios suplica: 'Una linda jugadita, por amor de Dios'. Con el joven Guarello tenemos en común el ser amargos y ambos vamos por el mundo coleccionando chascarros que nos hagan reír", explica O'Nell. "Fuimos recopilándolas: anotando en servilletas, en cuadernos, donde se pudiera", añade su compañero. Según "Chomsky", la redacción comenzó "a medida que nos acordábamos y después las fuimos ordenando como si fuesen artefactos —dice con un guiño cortazariano— que instalábamos en anaqueles".
"Tenemos para hacer cuatro libros más", grafica Guarello respecto a la cantidad de anécdotas que no tuvieron espacio en este trabajo. Por eso, ya piensan en un segundo volumen, además de la tercera entrega de "Historias secretas del fútbol chileno" y otro proyecto que dejan en las sombras. "Una vez ya nos copiaron malamente y mataron la idea" justifica Guarello.
-Hay anécdotas de todas las épocas, ¿pero hay alguna que sintetice particularmente al fútbol chileno?
-G: Hay dos que son de mundiales y diría que reflejan mucho el sino del fútbol chileno. En el Mundial del '66, Tito Fouillioux cuenta que el 'Zorro' Álamos habló en la charla técnica largo y tendido de un jugador italiano (Ezio Pascutti). Había que marcarlo, pero resulta que jugó otro nada que ver, Paolo Barison, un grandote que fue la figura y armó los goles.
"La otra es en el Mundial del '74, cuando Paul Breitner le hace el gol de media distancia al Polo Vallejos. En segunda ronda le hace otro gol de media distancia a Maric, arquero de Yugoslavia, y el alemán reconoce que contra Maric le apuntó y le pegó exactamente adonde quería, pero contra Chile le pegó a lo que saliera y fue gol. Como diría 'Julito' Martínez: la eterna mala suerte del fútbol chileno".
-Y de las anécdotas que quedaron fuera, ¿cuáles son sus favoritas?
-G: Hay una de Segunda División: Juegan un clásico Coquimbo y La Serena en los años '70, y cobran un foul en contra de Coquimbo, en Coquimbo. El árbitro apunta penal con el dedo índice, pero tenía el dedo gordo como una pistola, apuntando para arriba. Entonces los jugadores de Coquimbo se le van encima: "¡¡pero cómo cobra!!". Y dice "nooo, si el que vale es el gordo. ¡Tiro libre pa'l otro lado!". Arrugó con la apretada de los jugadores...
-O: La primera vez que me hallaba en Paraguay, necesitaba viajar desde el centro de Asunción hasta el aeropuerto. Pregunté dónde se tomaba el bus y me dieron las indicaciones. Y cuando pregunté por la frecuencia, me respondieron: "Pues, espere y verá...". Respuesta sabia que repito ahora: "Pues, espere y verá...".
Selección nacional
Entre tantas historias, hay algunas favoritas. Ésta es la selección de Guarello y O'Nell:
Antojo. Juan Raúl Meglio, delantero argentino que actuó en O'Higgins y Rangers, fue bautizado José Luis Perales por su parecido físico con el cantante español. Una mala tarde resultó sorprendido in fraganti por su esposa, Estela, durante un amable coloquio con una admiradora. Con vehemencia italiana, la señora, dueña de un físico de vedette, le enrostró a nuestro Perales: "Tenés filete en casa y salís a buscar una hamburguesa a la calle". Caradura o filósofo, el jugador explicó: "Es que a veces uno siente deseos de comer una hamburguesa...".
Confianza. En 1972 la selección chilena, dirigida por Raúl Pino, enfrentó a Haití en Puerto Príncipe. Formados en la cancha, los visitantes tenían que saludar a Francois Duvalier, Papá Doc, un dictador sanguinario. El capitán, Tito Fouillioux, lo saludó en francés. Cuando le tocó el turno a Leonel Herrera, el Chuflinga le dio la mano y le dijo: "Hola, huevón, ¿cómo estai?".
Tallero. En la década del 50, jugaba Chile en Guayaquil y la delegación iba en bus al centro de la ciudad. Al reparar en el cucalón, sombrero tipo cazador, de un policía ecuatoriano que dirigía el tránsito, Cua-Cuá Enrique Hormazábal no pudo con su genio y, asomándose por la ventanilla, le gritó: "¡A la vuelta me tenís un león!". Hubo que dar muchas explicaciones para que no se los llevaran detenidos a todos.
Detallito. El volante de contención Bernardo Gallardo se inició en O'Higgins y era natural de Aculeo. Su mejor chascarro es de cuando era juvenil y con un compadre viajaron en tren a conocer la capital. Nerviosos, descendieron en la Estación Central y por ir mirando todo se quedaron atrás de los demás pasajeros, sin reparar en que ellos enfilaban por un pasillo. Siguieron derecho y se toparon con los gigantescos portones que dan a la Alameda, cruzados por una cadena y un gran candado. Poco más tarde, estaban de vuelta en Aculeo. Cuando les preguntaron por qué habían regresado tan pronto, explicaron: "¡Es que Santiago estaba cerrado!".