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Voz de leyenda

Fue famosa en la Alemania de entreguerras, desarrolló su carrera en países como Portugal y Suecia, hasta hoy se relanzan sus discos en ediciones internacionales y es chilena. La historia de Rosita Serrano, una de las leyendas musicales surgidas en nuestro país, llega a la cartelera del festival de documentales In-Edit.

13 de Diciembre de 2008 | 17:43 |

Detrás del nombre de "El ruiseñor chileno" con que fue conocida en su tiempo, Rosita Serrano dejó escrita, grabada y filmada una de las historias más significativas protagonizadas por artista chileno alguno a escala internacional. Es la vida de la cantante nacida en Viña del Mar en 1914 y transformada en las décadas de los '30 y '40 en una de las figuras más populares de la música y el cine en la Alemania de entreguerras, gracias a éxitos recordados hasta nuestros días como "La paloma" y "Cielito lindo".

Alemania es también el país de origen de "Rosita Serrano, die chilenische nachtigall" ("Rosita Serrano, el ruiseñor chileno", 1988), documental del realizador Dietmar Buchmann sobre la carrera de la cantante, que será exhibido este sábado 13 de diciembre en la primera fecha del quinto festival de documentales musicales In-Edit celebrado en la capital. Su música, su carrera y el rol que jugó en medio de la Alemania nazi en la que comenzó su trayectoria son parte de la biografía de Rosita Serrano.

En 1943, en pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, un concierto en beneficio de la causa judía en Suecia significó la expulsión de la cantante de Alemania, donde incluso Adolf Hitler había aplaudido sus actuaciones. Es uno de los episodios de la película de Dietmar Buchmann, un cineasta que inició su carrera en 1975 y que realizó esta documental para la televisión alemana, con abundantes imágenes de las películas musicales que Rosita Serrano filmó entre 1938 y 1941 para el célebre consorcio fílmico alemán UFA.


El cabaret, el humor y la voz

Ester Aldunate del Campo fue su nombre real. Y quien tiene un punto de vista próximo de su vida es su sobrina Isabel Aldunate, quien siendo una niña conoció a Rosita Serrano al regreso de la cantante a Chile, hacia 1965 y ya con la leyenda a sus espaldas.

-Conversábamos mucho -dice Isabel Aldunate-. Mis conversaciones con ella eran de horas. Yo llegaba del colegio, estábamos solas en la casa y nos instalábamos a conversar.

-¿Cómo la recuerdas en esa época?
-Mi tía literalmente se sentaba en el piano -sonríe su sobrina, mientras revisa una vieja foto de la artista cantando sobre un piano de cola-. Mira, ella entraba en un lugar y dejaba la escoba. Cautivaba a una audiencia. Eso lo vi, así que me puedo hacer una idea de cómo habrá cautivado a una audiencia cantando, cuando era joven. Junto con Marlene Dietrich y Zarah Leander era una de las tres cantantes más famosas de Alemania.

La comentada relación de Rosita Serrano con la Alemania bajo régimen nacionalsocialista es un tema que inquietó también a Isabel Aldunate, como ella misma recuerda.

-Cuando viene la guerra, mi tía se quedó en Alemania como todo el mundo. No tenía una conciencia política. Fue la razón por la cual sepultaron su carrera artística. Más tarde fueron encontradas fichas de la SS (la policía secreta nazi) donde se demuestra que ella estaba siendo investigada tres años antes de que se fuera (de Alemania). Ella partió no porque estaban llegando los aliados, sino porque las SS la tenían fichada.

-¿Ella hablaba de este tema en sus conversaciones?
-Cuando le dije "Tía, la gente que conozco y que sabe que usted vive con nosotros me dice que usted cantó para Hitler y Goering y Goebbels y todo eso", me respondió "Sí, mi hijita. Y mientras yo canté para los nazis, en mi casa escondí cientos de judíos a quienes salvé la vida". Punto. Nunca se me va a olvidar. Me lo dijo con las mismas palabras. Me parace estar viéndola. Y yo le creo.

Futuros países donde Rosita Serrano desarrolló su carrera fueron Suecia, donde llegó tras su expulsión en Alemania, y más tarde Estados Unidos y Chile, donde regresó primero en 1948, recibida como una estrella internacional. Pero para los años '60 ya se había retirado, y no volvió a la música hasta su muerte, ocurrida en Santiago el 6 de abril de 1997, a los 82 años. "Nunca la escuché cantar", acredita Isabel Aldunate. "Por más que le decíamos. Nunca, pero ni una entonación de una frase musical siquiera".

-¿Cuál es tu impresión sobre su carrera musical, como cantantes que son las dos?
-La de una voz maravillosa. Una técnica maravillosa. Mucha sabiduría para escoger su repertorio: matiza constantemente canciones de corte dramático con el cabaret, con el humor, con ese carácter chispeante. Porque los discos eran algo importante, pero mucho más importante era la presentación en público, en los escenarios en los que hizo su vida artística. Nunca perdió su raíz chilena. Se ganó a los europeos cantando tonadas chilenas, como "Un viejo amor" o el "Ay, ay, ay", acompañada de su guitarra. Era capaz de conquistar a un público sólo con su voz y su guitarra.

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