SANTIAGO.- Aún faltan 48 horas para que la giganta de La Fura dels Baus baje definitivamente el telón de Santiago a Mil 2009, pero la directora del principal festival teatral de Chile, Carmen Romero, ya comienza a sonreír. La tónica en los últimos años ha sido que la crítica y la respuesta del público sean siempre mejores que en la versión anterior, y esta vez no cree que sea distinto.
"El Festival ya está instalado en el corazón de los ciudadanos", dice. "Siempre hay más público, y este año yo creo que va a pasar lo mismo. La gente ya nos está pidiendo que inauguremos el Festival del próximo año en el Estadio Nacional. No se me había ocurrido nunca, pero hay que pensarlo. Es posible que Santiago a Mil 2010 empiece allí", cuenta.
No sería descabellado para un certamen que ha demostrado capacidad para inscribir hitos culturales en la ciudad, algo en lo que intentaron poner énfasis este año incrementando la cantidad y la magnitud de las obras callejeras. "Dijimos que tendríamos más calle que nunca, y tiene que ver con nuestros inicios, con el Festival que empezamos, con Andrés Pérez. Él tenía esa vocación por el teatro de calle, y yo la asumo, la quiero, creo que es imprescindible tener estas conexiones a través del teatro y hacer que vivamos, al menos durante un mes, un mundo donde el imaginario es común para todos", explica Romero.
-¿Ése fue un énfasis para este año o llegó para quedarse?
-Llegó para quedarse, absolutamente. Este Festival fue el preámbulo para el de 2010, cuando abriremos las festividades del Bicentenario en toda América Latina. Estamos trabajando en ello desde hace tres años, porque es una responsabilidad tremenda que asumimos: El mejor recuerdo que va a tener la gente de los 200 años va a ser una fiesta teatral de Arica a Punta Arenas.
-¿O sea que la idea de "Chile a Mil" que había enunciado, finalmente se concretará?
-Claro. Nuestro desafío para 2010 es que La Pequeña Gigante de la Royal de Luxe —que vuelve, pero acompañada—, pase por Concepción y Antofagasta, de modo que haga, al menos, norte, centro y sur. Queremos que todas las obras que presentemos puedan girar por todo Chile.
-Y además de Royal de Luxe, ¿hay otros grandes nombres confirmados para la siguiente edición?
-Pina Bausch (coreógrafa alemana), que se está inspirando en Chile para crear un nuevo espectáculo. Raúl Ruiz hará lo mismo, pero en Antofagasta.
-¿Seguirán con las coproducciones, junto a compañías extranjeras?
-Sí, fue una muy buena alternativa, estamos muy orgullosos de haber hecho un estreno mundial en Chile ("La orgía de la tolerancia", de Jan Fabre), que provocó que vinieran grandes festivales a presenciar este espectáculo, así es que estamos muy contentos. Con Argentina hemos hecho una verdadera integración, con cinco proyectos de ellos, pese a que no recibimos apoyo del gobierno argentino. Pero fue una decisión política de integrarnos. Argentina fue casi nuestro país invitado de honor.
-¿Y en que país estará puesto el énfasis el próximo año?
-Nuestro invitado de honor para 2010 es Chile, así es que vamos a recibir regalos todo el año. Hemos invitado a participar a muchos artistas. Van a ser tres obras (chilenas) del siglo XIX y diez del XX, y el jurado hará la selección del año entre obras de dramaturgia chilena.
El gran recorrido que Santiago a Mil ha realizado para transformarse en un imprescindible de la actividad cultural local, podría recibir pronto un nuevo impulso: Los encargados del certamen presentaron a la Corfo un proyecto "Imagen País", que busca recibir nuevos incentivos para seguir creciendo.
"El público nos ha seguido, nos quiere, estamos agendados en las cabezas y corazones de todo el mundo. A nivel internacional, con los artistas que nos visitan, sigue habiendo un intercambio de energías que permite que construyamos una imagen del país que viene del teatro, de las emociones. Por eso presentamos el proyecto, porque a través de estas acciones se logra una conexión de corazón a corazón, y se logra que los artistas hablen de nosotros. Fue el caso de Salif Keita, que no sabía nada de Chile, viajó 25 horas, y se encontró con un público que bailó, cantó, le hizo cariño. Esas cosas son inolvidables. Para él fue una sorpresa encontrarse con una energía que no ha recibido en otras partes del mundo. Eso queda en el imaginario colectivo. A través del teatro se logra algo que no se da en otros rubros", explica Carmen Romero.