Humana tentación

Hay algo en el rock chileno que algunos llaman "ceratización". Es decir, el acto reflejo de modular, frasear y tocar como los discos de Soda Stereo de principios de los noventas. La época en que Gustavo Cerati asaltó a mano armada a toda la movida "baggy" británica y trajo a Sudamérica la resurrección de las guitarras y las atmosferas psicodélicas.

Phono tiene mucho de aquello: un vocalista expresivo, guitarras poderosas y una base batería-bajo que le hace la pelea como en "Renacer en tí" o "Solo dime", canciones que perfectamente podrían ser parte del Canción animal (1990)

¿Es malo eso? No necesariamente. Cuando despega sonoramente, Phono da a entender que podría volar alto. Basta escuchar las cristalinas guitarras que conducen a un excelente estribillo en "Renacer en tí". O el urgente sonido euro rock de "Regálame un momento" o "Creer y renunciar", que tanto recuerda a los suecos Kent (una banda a la que Coldplay le arrebató más de una fórmula).

En cambio, cuando se encierra en el riff y el rockismo, el grupo se acerca peligrosamente al promedio de bandas de MySpace. Como en "Estaré perdido", "Así es tu vida" o "Dame algo más", temas guitarreados, pentatónicos, asfixiantes. Quizá en vivo funcionen bien, gracias a sus posibilidades de improvisación, pero en una grabación se pierden. Además, no podemos seguir con versos como "Cuento tus orgasmos cuando hacemos el amor / Y busco el cielo en mi fascinación". Para hablar de lo mismo mejor remitirse al manual letrístico de los Rolling Stones o Gainsbourg.

Sin embargo, Humana tentación, a pesar de los "rockismos", encierra una banda que podría instarse definitivamente en el firmamento pop nacional. Entre tanto compositor folk o viudos de Los Beatles venidos de regiones, a veces necesitamos urgencia, rabia, pasión. Y acá hay varias canciones así. Veremos qué pasa.