Punk no es rock. Ésa es consigna que primero salta a la vista al entrar en Germenterror, el medio que dos integrantes de grupos chilenos de los últimos años impulsan desde 2008 para poner a circular información en Internet sobre esa música en Chile. Punk rock es una expresión consabida para denominar la revuelta que a mediados de los años '70 irrumpió en la historia del rock, pero el objetivo de Germenterror es claro: "Básicamente es cuestionar todo", coinciden José Álvarez y Armando Torrealba, también conocidos como Bruno Battaglia y Peregrino. Y cuestionar el nombre del punk es un buen punto de partida.
-¿Es una frase provocativa, o punk no tiene nada que ver con rock?
Bruno Battaglia: Es una diferencia para desligar al punk de algo netamente musical o superficial. El punk va más allá de hacerte una moica (corte de pelo mohicano), vestirte de cierta manera, estar en Plaza Italia pidiendo monedas o ir a tirar piedras al McDonalds. Es romper el estereotipo. Tratamos de ir más allá y dar una mirada crítica a la contingencia nacional y mundial.
Armando Torrealba: Cuando hablamos de punk no hablamos de música solamente, sino de todo un imaginario basado en el cuestionamiento. Por eso la frase es tan certera. Decir que el punk no es rock ya te hace cuestionar muchas cosas, porque generalmente se muestran unidos. El rock es una cosa, y no tenemos prejuicios con ningún tipo de música, pero es importante entender el punk casi como un estado mental de cuestionamiento. Hay formas punk de hacer música, de escribir un cuento o de tener un medio, que básicamente es Germenterror, sin financiarse por marcas ni otros medios: queremos buscar alternativas y mostrar que hay muchas formas de hacer cosas.
-¿El rock fue rebeldía alguna vez, pero hoy representa lo contrario?
Armando Torrealba: Claro. Si hoy día hablas de rock independiente, en el imaginario común a lo mejor eso es (asociado a los grupos chilenos) Guiso, Ganjas, o Tío Lucho, que en cierto momento se denomina una banda punk. Y hay una diferencia con otros chicos que realmente hacen las cosas de forma autogestionada; no los auspicia una marca de copete ni andan detrás de la SCD para que les pasen fondos. Tienen un mensaje y ellos lo subvencionan, gastan su energía, su creatividad y su plata en hacerlo. Y es importante tener un medio para informar sobre las actividades de ese movimiento punk y hardcore.
Punk (no) es hardcore
Ahí aparece una segunda distinción. Si punk es el movimiento que en los '70 irrumpió en el rock, hardcore es el nombre que desde los '80 se dio una generación de grupos herederos, pero al mismo tiempo diferenciados del punk temprano por dos vías precisas: tocar más acelerado y distorsionado.
-¿Esa distinción sigue significando lo mismo hoy?
Bruno Battaglia: Actualmente la palabra hardcore se usa hasta para vender zapatillas, pero hay que dejar en claro que también nació del punk; era lo mismo, pero más rápido. Tenía los mismos valores, creían en la autogestión, pero buscaron diferenciarse musicalmente del punk rock original de los '70, que ya estaba muriendo…
Armando Torrealba: Aparte los medios ya estaban interesándose en el tema, y los punks más consecuentes no querían verse envueltos en eso. Entonces empezaron a hablar del hardcore, que en español es básicamente algo más duro. Algo que no se vende. A lo mejor no sólo es una etiqueta musical, y habla de unos punks más rebeldes todavía.
La diferencia vale también para la historia en Chile, donde, después de los reconocidos pioneros punk de los '80, desde Dadá o Los Jorobados hasta Fiskales Ad-Hok o Los Miserables, en la década siguiente aparecieron nuevos grupos como Fuerza de Voluntad, Disturbio Menor o Silencio Absoluto, entre muchos otros.
-¿O sea, "punk no es hardcore" tampoco?
Armando Torrealba: Personalmente creo que la escena hardcore en Chile a mediados de los '90 hizo mucho mal en segmentarse tanto, de cierto modo gastaron mucho tiempo peleando con los punks y podrían haber creado una escena mayor. Hoy a mucha gente que lee Germenterror no le gusta que la llamen punk. Nosotros preferimos no hacer esa diferencia.
Bruno Battaglia: Es una cuestión más bien juvenil. Cuando estás empezando pasas a ser parte de un ghetto y quieres diferenciarte del otro. La escena hardcore, si la podemos llamar así, puede ser un poco más cerrada, pero se justifica porque es una generación que está empezando y quieren cuidar lo que es de ellos.
Armando Torrealba: Aparte en Chile hay un prejuicio muy grande con la palabra punk. Para muchos un punk es un vago que está en la esquina pidiendo plata para tomar un copete, y aparte de todo lo que haces tienes que pelear con un prejuicio histórico. Por eso para alguna gente es mejor decir "soy hardcore": es más raro y nadie te va a apuntar.
Del cassette a la descarga libre
Los dos gestores de Germenterror vienen involucrados en la escena del punk desde los '90. José Álvarez se acercó al circuito en 1996, a los trece años; editó la revista casera o fanzine "Razones para seguir" (1999-2000) y fue parte de los grupos Aguijón, de Chillán, y Altercado, de Graneros, con quienes tocó entre 2000 y 2002 y a los que se reintegró en 2008. Peregrino entró en el punk hacia 1998, tras un concierto en el recordado escenario santiaguino de El Cimarrón, donde vio a los grupos Nos Independencia, Fuerza de Voluntad, Asunto y Distancia. Publicó a su vez el fanzine "Searching for the light" (1998-2004) y en 2006 formó su propio grupo, Marlou.
-Me di cuenta de que había un montón de gente preocupada de los mismos asuntos y escuchando la música que me gustaba. Encontré un hogar, en cierto modo; un lugar donde sentí que pertenecía -dice, a propósito de una escena que de todos modos tiene diferencias con la actual. A fines de los '90 bastaba ir a las tiendas adecuadas para encontrar cada semana nuevas ediciones en cassette de grupos punk de las más diversas tendencias editadas por sellos independientes.
-¿Qué pasó con el movimiento de esos años?
Armando Torrealba: Un tema importante es el de las ediciones, porque a finales de los '90 estaban saliendo muchos discos, y cuando empezó la descarga directa (desde Internet) y el pirateo, la pequeña industria de punk que había en Chile se murió. Porque no tenía sentido. Te gastabas quinientas lucas en hacer mil cassettes y vendías setenta. Y eso para una persona de veinte años es darse un tiro en el pie. Antes sacar un cassette era una cuestión milagrosa: no sabías cómo fabricarlo, dónde grabarlo, cómo hacerle una portada. Ahora no es tan difícil sacar un disco.
-¿Pero la actividad ha sido constante, o pareció haber una baja en el último tiempo?
Bruno Battaglia: Ha habido años con un boom de bandas y estilos, pero hasta hoy las bandas no han parado. Por ejemplo Marcel Duchamp (grupo iniciado en 2001) siguen haciendo recitales, editando discos y han estado ocho o nueve años en eso. Se ha mantenido ese bagaje.
Armando Torrealba: Hasta se puede fijar un patrón. En esa época del '96 al '99 había muchos shows, muchas bandas, muchos fanzines, muchos cassettes. Después, del '99 al 2004 estuvo súper seco el asunto. Y desde hace dos años ha habido un boom grande. Y ya es otra generación, es gente mucho más joven.
-¿Se parece a la época del '96 al '99?
Armando Torrealba: Claro. En la época que mencionaba Pepe se podía hablar de una escena hardcore punk en el sur. Y ahora también hay muchas bandas allá, y ni siquiera sé quiénes son. El tema tiene una especie de karma que lo hace estar vivo.
Bruno Battaglia: Y los valores se mantienen. La gente sigue haciendo las cosas como se hicieron cuando empezó la movida punk en Santiago.
Del papel a la pantalla
Germenterror es un signo de esa nueva guardia. El sitio nació como un sello en 2006, pero en 2008 se perfiló definitivamente como un medio en línea. "Para mí es lo mismo que hacer un fanzine, pero no gastamos tanta plata", compara Bruno Battaglia. "Generamos contenidos, damos noticias, hacemos reseñas, artículos. Sólo que lo lees en la pantalla".
-¿No echan de menos el papel?
Armando Torrealba: Yo personalmente no, porque tengo un rollo ambiental súper grande y feliz por no imprimir. Además imprimir implica un proceso productivo que va muy en contra de los valores del punk rock: ir a una imprenta, darle plata a una empresa que paga impuestos, ocupar papel, tinta, insumos, un proceso que Internet me lo ahorra. Claro, estás pagando a proveedores de Internet, pero el costo no es tan grande. Ahí te sacas una barrera importante.
-Pero reemplazas a una pequeña imprenta por una mega empresa de telefonía. ¿No es peor eso?
Armando Torrealba: O sea, claro: a nivel ético es básicamente lo mismo. Pero para mí es más efectivo. Una entrevista para mostrar lo que piensa tal banda ahora la leen mil personas al día, como pasa en Germenterror. Y antes yo imprimía, con mis mesadas y con el dolor de mi corazón, cien copias de un fanzine. Ahora publicas un artículo y en dos horas tienes una discusión abajo. Germenterror es 50 por ciento contenidos y 50 por ciento las discusiones que hay, porque la gente que se mete al sitio piensa y le interesa dar su opinión.
"Todos tenemos computadores, muchos pasamos varias horas en Internet, cualquiera puede armar un blog gratis. La base es saber aprovechar lo bueno de Internet, que puede ser una herramienta súper grande", agrega Battaglia. Y la línea editorial no sólo es musical. "Estamos abiertos a temas de la sociedad, sobre todo en una sociedad como la que vivimos en Chile, donde somos todos hijos de una dictadura y nos acostumbraron a acatar y a quedarnos callados", dice Peregrino.
-¿Como cuáles?
Armando Torrealba: Hablar de las AFPs, por ejemplo: por qué hay un solo sistema en Chile de fondos de pensiones. O cuestionar el consumo en una época en la que estamos súper reprimidos económicamente, y no es necesario endeudarse para comprarse unas zapatillas de treinta lucas, porque esas zapatillas no te están entregando nada. Que la gente se sienta motivada con ese tipo de discusiones y no con las tetas de alguna mina que está en la tele.
Bruno Battaglia: Pero también cuestionarlo desde una perspectiva de la autogestión. Hay medios que critican la contingencia, desde The Clinic hasta El Ciudadano o Caos en la Red, pero están marcados casi por una cuestión política o de partidos. La base de Germenterror es cuestionar a partir de los valores del punk.
El proyecto más próximo de Germenterror es un sello en Internet para publicar discos de descarga directa desde la red. "Creemos en el potencial del sitio", concluye Bruno Battaglia. "Es una cuestión de autoestima. Yo sé que no va a cambiar el mundo si hago un artículo sobre las AFPs o sobre Bush para Germenterror. Muchas personas nos han escrito que el sitio les ha hecho mirar las cosas desde otro punto de vista. Sé que el mundo no va a cambiar, pero sí personas pueden cambiar. Yo aspiro a esos cambios".