EMOLTV

Buena Vista Social Club at Carnegie Hall

Más de una década tuvo que pasar para escuchar la histórica presentación del colectivo de música popular cubana en el Carnegie Hall de Nueva York con las canciones que los convirtieron en un hito global.

12 de Febrero de 2009 | 09:49 |

Podría argumentarse cierto oportunismo. Claro, la muerte de Osvaldo “Cachaíto” López, contrabajista de Buena Vista Social Club, ese proyecto liderado por el cineasta Wim Wenders y el guitarrista y productor Ry Cooder, de alguna manera tiñe la salida de este registro con la peligrosa nostalgia del que se va. Aunque claro, en realidad se han marchado varios: Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, Rubén González, Manuel “Puntillita” Licea y Pío Leyva. Una columna vertebral entre voces, el tres y el piano, al que ahora se suma la partida del contrabajo del notable “Cachaíto”. En esa cosa rara de la música, aún es posible escucharlos a todos, incluyendo al mismo Ry Cooder y a la portentosa voz de Omara Portuondo, entre otros, gracias a la publicación del concierto de Buena Vista en el mítico Carnegie Hall de Nueva York.

Con un retraso de once años llega este recital, considerando que es el mismo que marcó el regreso de estos músicos a los escenarios. Y es imposible no disociar la palabra sabor a este trabajo doble que recoge la histórica presentación, porque desde el inicio del primer disco con “Chan chan” y hasta el final con “Silencio”, uno se sorprende otra vez y se deja invadir por los ritmos cubanos, el son, el mambo o el que sea. Asimismo, tampoco se puede resistir a voces como las de Omara, Ibrahim o Pío Leyva. Ese timbre característico del que vive en Cuba, ese sabor dulce en la voz, atrapa tanto como el tres de Compay o el piano de González.

Con una orquesta de tal envergadura, la calidad del registro es impecable. Los detalles como los aplausos espontáneos, la diferenciación en cada instrumento, el juego de las voces, el ritmo y la cadencia que es inherente a la música popular cubana. Todo ello queda reflejado en este documento, en el que puntos altos como “Candela”, del segundo disco, o “El cuarto de Tula”, de la primera mitad, van desglosando la calidad con la que el combo cubano sorprendió a todo el mundo hace más de una década.

Sin dudas, un álbum que como pocos rescata la esencia del directo, con un colectivo de verdaderas estrellas y que se hace necesaria tanto para comprender la evolución del jazz afrocubano, la salsa, el mambo y el son, como también para el disfrute propio de una música que está llena de vitalidad aún en sus momentos más tristes. Eso parece decir este trabajo doble, con el que se inmortaliza el ya imperturbable legado de Buena Vista Social Club y sus integrantes ya fallecidos.

—Felipe Kraljevich M.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?