Comenzó a los nueve años a tocar el piano y desde ese momento no ha parado más. Alejandro Soto inició en la adolescencia un trabajo como músico profesional, y ahora, a sus 33, vive en Europa haciendo música de fusión latinoamericana. Se fue al viejo continente tras haber adquirido una amplia experiencia en Chile, en géneros tan diversos como el folclor, la música clásica y la experimental.
Sus primeros pasos los dio en el grupo Aranto junto a Fernando Carrasco, conocido como un joven compositor docto integrado a la Nueva Canción Chilena. En ese conjunto Soto participó como acordeonista en los discos Chilenías de cielo y tierra (1999) y Canto de mi tierra (2005). Claro que mientras estuvo trabajando con su amigo y profesor, también tenía proyectos paralelos, como en el conjunto de fusión electrónica y acústica Bombyx Mori, en el que estuvo desde 1999 a 2003.
La esencia latinoamericana la expresó con Sur-Gente, donde militó además por tres años hasta 2003. A los discos con sus antiguas agrupaciones se suma ahora su primera placa como solista, titulada Interiores, editada en 2008 y preestrenado en vivo en Chile en 2009. El proceso de grabación lo realizó entre Chile y Alemania, ya que mientras estaba en Berlín registrando las voces y algunos instrumentos, en Chile su productor Alfonso Pérez se dedicaba a unir el material y agregar lo que hiciera falta.
El nacimiento del disco fue espontáneo, porque no surgió con una planificación. Soto lo explica: “Lo curioso es que lo empecé a grabar acá como un demo, en la casa de un amigo, y me lo llevé a Alemania. Dijimos ‘ya, hagamos un disco, está bueno’. Entonces lo agarró Alfonso Pérez y lo empezó a trabajar, agregándole los instrumentos, mientras que desde Alemania yo le mandaba otras partes por email”.
-En interiores trabajaste con Nano Stern ¿Cómo es esa relación de dos chilenos que hacen música latinoamericana en Europa?
-Él colaboró conmigo en el disco. Es que fue justo en el tiempo en que nos encontramos. Aunque nos conocemos hace sólo dos años, hemos hecho muchas cosas juntos y súper intensas. Nos presentó el Manuel García (cantautor chileno) y al tiro empezamos a trabajar en un proyecto para unos españoles. Nos encontramos en Barcelona y luego él fue a Berlín. Entonces empezamos a trabajar juntos. El año pasado él me invitó a un festival folk y este año parece que vamos a hacer una gira por Europa. Pero primero me gustaría lanzar el disco aquí bien.
-¿Cuándo tienes pensado mostrar tus canciones de Interiores?
-Hay dos posibilidades. Puede ser en mayo, porque es probable que yo venga a tocar para el lanzamiento del tercer disco de Nano Stern, y yo haría el mío en junio. Si no resulta, de frentón lo haría el 2010. Si trabajo con el Nano podríamos hacer un conjunto de fechas, armadito, eso me tinca harto.
Voy y vuelvo
Alejandro Soto se radicó en Alemania en 2005 y desde entonces viaja cada año a Chile. Por esto asegura que “el cambio no se siente de manera fuerte”, y agrega que “siempre siento como que me fui ayer y llegué al día siguiente”. Además, en Berlín trabaja permanentemente junto a otros músicos chilenos inmigrantes, por lo que las raíces latinas no sólo se expresan en sus composiciones sino también en el día a día de su propio entorno.
La colaboración con alemanes es un factor que no ha excluido. El cantautor Tino Eisbrenner, que se hizo conocido en la ex República Democrática Alemana con ritmos pop, le solicitó a Soto su colaboración para uno de sus discos. “Yo hice la música y él hizo el texto, y finalmente se convirtió en single de su disco”, dice alegre.
Una de las labores en que Soto se destacó en Chile antes de viajar a Berlín, fue en la música de concierto. Fue asistente de dirección en algunos proyectos de la Orquesta Filarmónica de Santiago junto al propio Fernando Carrasco, con quien trabajó como asistente.
-¿Continúas aún con tus participaciones en el área sinfónica en Alemania?
-Hicimos la música para un ballet, que lamentablemente no está disponible. Fue bien bonito. Era para el ballet de un coreógrafo cubano. Necesitaban músicos latinoamericanos que hicieran una mezcla con música barroca. Eso fue bien interesante. Estuvimos grabando una semana con músicos clásicos.
-¿Cómo ha sido la recepción en Alemania de un disco de música latinoamericana?
-Tiene más arrastre entre la comunidad latina. Allá conozco mucho cubano, argentino o colombiano. Para el lanzamiento llegó muchos chilenos y músicos latinos. También algunos alemanes. Pero la presencia de los berlineses era muy importante, porque muchos músicos alemanes piensan que sólo lo que ellos hacen tiene valor. Eso, a veces, es complicado para los extranjeros.
Complicado o no, sus planes para 2009 incluyen la presentación de Interiores en escenarios de Chile, alternadamente con conciertos en Europa, donde ya lanzó el disco en octubre pasado. Para esos conciertos en el extranjero Soto utiliza un ensamble de músicos chilenos avecindados en Alemania, el percusionista Cristián Carvacho y el guitarrista Rodrigo Santa María, sus compañeros de travesía: aunque Interiores recién está viendo la luz como disco debut de autor, tiene en mente componer nuevos temas para un segundo título. Alejandro Soto no tiene ninguna intención de detener su viaje por la música chilena y latina que, curiosamente, nace desde los barrios de Berlín.