El productor ejecutivo del certamen revisó junto a la alcaldesa las instalaciones en la Quinta Vergara.
Claudio Bueno, El MercurioVIÑA DEL MAR.- Dentro de los deportes nacionales, hay uno que en los últimas temporadas ha cobrado fuerza: Criticar al Festival de Viña del Mar y desconocer públicamente que, aunque sea una noche, se lo ve. Las 50 ediciones que el certamen celebra este año se han transformado en terreno fértil para esas voces, que ahora reclaman porque la parrilla de artistas no es digna de la cifra o porque la cantidad de shows ha disminuido en relación con lo que se estilaba un par de versiones atrás.
Pero los dados ya están tirados y, según los organizadores del Festival, la jugada viene bien. Así al menos lo asegura el productor ejecutivo del certamen, Paulo Ramírez (Canal 13). "La última palabra se dice cuando las cosas terminan, ése será el momento de saber si estuvimos o no a la altura y lo va a decir el público. Nosotros diseñamos un festival contemporáneo, trajimos a los artistas pensando en el público de hoy y hasta el momento todo indica que hicimos una buena opción. Está casi todo vendido, con una velocidad que nunca se había dado, con cifras récord de recaudación. Las cosas están saliendo bien, y todo indica que este evento sí está a la altura de la expectativa que se había creado", analiza.
-¿Con qué dificultades se encontraron a la hora de crear la parrilla? ¿Pesó el factor crisis?
-Obviamente pesa. Cuando empezamos a elaborar la parrilla, a principios o mediados del año pasado, la situación era muy distinta a la de hoy. Sí se notaban algunas cosas, como el precio del dólar, que estaba cerca de un 30 por ciento por sobre el festival anterior. Pero cuando la crisis se desata realmente, el festival estaba en buena medida jugado. Eso sí, siempre se hizo pensando que fuera un festival a la altura de los 50 años y de las capacidades reales de nuestro país hoy. Creemos que se logró un buen equilibrio.
-¿Qué factores primaron para que no estuvieran algunas figuras históricas que muchos querían ver nuevamente en Viña, como Julio Iglesias?
-Con él tuvimos un acercamiento, es un artista con una significación tremenda para Viña. Desgraciadamente no se pudo llegar a acuerdo, e incluso él ha manifestado de alguna manera que no quiere estar en el Festival. No lo dijo en su minuto, pero ahora entendemos cuáles fueron las razones por las cuales aparentemente no se llegó a acuerdo.
-Más allá de él, ¿le parecía válida esa intención de traer figuras históricas, o es más bien un poco regresionista, no mirar hacia adelante?
-Nosotros pensamos que el Festival sigue vigente y teniendo relevancia porque ha sido capaz de interpretar el signo de los tiempos, en términos sociales y musicales. Si hacíamos una edición para generaciones de 40 para arriba, ¿qué sentido iba a tener para los jóvenes de hoy? No quisimos teñir el Festival de nostalgia, sino de modernidad, vigencia y futuro.
-¿Cómo ha sido la experiencia de estar a cargo del Festival? ¿Le gustaría seguir?
-Fascinante, ha significado un sacrificio grande, pero sobre todo formar parte de un equipo de una capacidad profesional tremenda. Si habrá continuidad, eso va a depender del Canal y del tipo de desafío que uno va asumiendo, que pueden no siempre ser los mismos.
-¿Entre esos desafíos estará reemplazar a Iván Valenzuela en "En boca de todos", cómo se ha anunciado?
-Eso no se ha oficializado todavía. Está muy avanzado, pero hay que esperar que se haga el anuncio oficial, que espero sea en los próximos días.