Mick Hucknall dijo que cuando fue invitado al festival creyó que probaría muchos vinos. Aún no tiene muy claro en qué consiste el certamen.
Tomás FernándezVIÑA DEL MAR.- Por el lobby del hotel Sheraton Miramar se pasean rostros de la primera y segunda división de nuestra pantalla chica, competidores internacionales y folclóricos, y jurados festivaleros más y menos conocidos, entre otros. En ese entorno, sentado en un sillón arrinconado, el colorín Mick Hucknall parece un verdadero lunar en el paisaje.
El líder de Simply Red arribó hoy a Viña del Mar, donde mañana abrirá la cuarta noche de Festival con un nombre y un número que, al menos, sube en algo el pelo a estos 50 años de certamen, del que, en realidad, hasta ahora no conocía nada. Ni de lejos.
"Para ser honesto, pensé que Viña era un festival de vinos, y estaba muy emocionado, porque podría probar un montón de fantásticos vinos chilenos. Y luego me encuentro con que hay artistas en competencia, algo así como el Festival de Sanremo. No sé si nosotros también somos parte de la competencia, realmente no lo sé, sólo sé que voy a hacer mi show y trataré de que la gente lo disfrute", dice en exclusiva a Emol.
Por lo mismo, tampoco sabe mucho de antorchas o gaviotas ("soy británico, no soy de Chile, no tenía idea de eso"), ni de la supuesta cancelación que frustró su presentación en el Festival de 2006, cuando ya había sido anunciado. "Yo no cancelé, el problema fue que ustedes confirmaron y yo nunca confirmé. Fue su problema, no mi problema. Yo no cancelé, porque nunca confirmé un concierto. La verdad es que nunca estuve de gira", dice Hucknall, enfático y algo molesto.
Para mañana anuncia un show seguro, compuesto sólo por éxitos: "En mi país tuve 27 canciones en el top 20, y diez álbumes en el top 5. Mañana tocaré esos grandes éxitos, unas 21 canciones creo. No sé si fueron éxitos en Chile, pero sí lo fueron en mi país".
Tras la gira que lo trajo a Viña del Mar, Simply Red llegará a su fin, tal como el propio Hucknall había anunciado previamente. Y si volverá alguna vez en calidad de solista o qué es lo que hará una vez que la disolución del grupo se concrete, es algo que el colorín no sabe ni quiere saber. "No sé qué haré. Por primera vez en 25 años no lo sé, y es fantástico".