Meneguzzi conquistó a sus devotas, congeledas en 1996. El resto aún se acordaba de Simply Red.
Cristián Carvallo, El MercurioVIÑA DEL MAR.- Las pifias hicieron temblar a la Quinta Vergara tras la partida de Simply Red. El “monstruo” quería más del pop perfecto de los ingleses, pero la banda ya había desenchufado sus instrumentos.
No había nada qué hacer. Y en ese ambiente de abucheo ensordecedor se debió disputar la competencia folclórica. Muy pocos le pusieron oreja a las canciones de Colombia (“Me duele el alma”) y Argentina (“Bailando con tu sombra Aleli”).
Tras ello, se anunció al italiano Paolo Meneguzzi, produciéndose un fenómeno que sólo pasa en Viña: una parte del público, principalmente femenino, se derritió antes las baladas de quien ganara la competencia en 1996.
Otra parte, sin embargo, mostró su molestia con su presencia y respondió con un categórico ¡nooooo! cuando los animadores preguntaron si querían otra canción del cantante, cuyo repertorio pareció estancarse en el siglo XX.
Presentado por Soledad Onetto como el artista que una vez sufrió un percance en un ascensor, Meneguzzi alcanzó a tocar tres canciones antes de desaparecer tan rápido como llegó al escenario viñamarino.