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Las obras sobre el holocausto están de moda

La película "El lector", centrada en una celadora de Auschwitz, es éxito en las salas de cine, y ahora se suma una biografía sobre el fiscal que impulsó los juicios contra los nazis.

28 de Febrero de 2009 | 11:35 | EFE

BERLÍN.- Los llamados procesos de Auschwitz celebrados entre 1963 y 1965 contra 24 personas que habían participado en los crímenes del nacionalsocialismo han cobrado últimamente actualidad gracias al éxito de la versión cinematográfica de la novela "El lector", de Bernhard Schlink.

En la película, como en la novela, la protagonista, Hanna Schmidt, es una de las acusadas en esos procesos que, para muchos, representan el comienzo de una fuerte confrontación de Alemania con su pasado nazi.

Ahora, casi simultáneamente con la obtención del Oscar a la mejor actriz por parte de Kate Wislet por su papel de ex celadora del campo de concentración, ha aparecido en Alemania la primera biografía del fiscal Fritz Bauer, que impulsó aquellos procesos y revolvió de manera decisiva la conciencia alemana.

"Fritz Bauer. Eine Biographie" (Fritz Bauer. Una biografía) es el lacónico título del libro de la historiadora Irmtraud Wojak y publicado por la editorial CH Beck.

Hasta ahora, había estudios parciales sobre la figura de Bauer, dedicados ante todo a los procesos de Auschwitz, pero el trabajo de Wojak es el primer intento de abordar su figura de una manera global.

En el libro queda claro que los procesos de Auschwitz tuvieron un antecedente en la vida de Bauer, curiosamente también relacionado con un personaje -Claus Schenk von Stauffenberg- que actualmente anda por las pantallas del mundo, encarnado por Tom Cruise.

Bauer, en 1952, como fiscal en Braunschweig (noroeste de Alemania), llevó a juicio al ex general nazi Otto Erns Remer a quien acusó de injuriar la memoria de Staufenberg, cabecilla de un atentado e intento de golpe de Estado contra Hitler el 20 de julio de 1944.

La defensa implícita de Stauffenberg que se desprendía de la acusación contra Remer significó, según Wojak, un primer paso en la rehabilitación de los conjurados del 20 de julio y de otras personas y movimientos que intentaron ejercer resistencia contra la dictadura nazi.

La actitud de Bauer era casi revolucionaria en la época de la llamada "era Adenauer", en la que Alemania parecía haber llegado a un consenso tácito para tender un velo de silencio sobre los crímenes nazis y en la que quienes se habían revelado contra Hitler eran vistos como traidores.

El libro cita algunas de las cartas insultantes que le llegaron en su momento a Bauer por su lucha contra la amnesia colectiva en las que se llegaron a calificar los cargos contra los esbirros de Auschwitz de "típicas mentiras judías" y a decir que si en Alemania y en los territorios ocupados habían muerto judíos había sido a causa de los bombardeos aliados.

A los procesos de Auschwitz siguieron otros en los que se procuró hacer responder a personas que habían participado en el programa de eutanasia de los nazis. Bauer, sin embargo, murió antes de que estos llegaran a su fin.

Además de los procesos seguidos en Alemania, Bauer colaboró, con su equipo de investigadores, con la búsqueda por todo el mundo de criminales de guerra nazi como Martin Bormann y Adolf Eichmann.

Sus esfuerzos, según el libro, ayudaron a que este último fuera ubicado en Argentina para posteriormente ser trasladado a Jerusalén, donde fue condenado a muerte y ejecutado.

Fritz Bauer, según muchos testimonios recogidos en el libro, se sentía muy solo en la lucha contra el olvido. Murió de un ataque al corazón, solo en su casa, tras haber tomado una fuerte dosis de somníferos.

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