QUITO.- Más de 26.000 personas acudieron anoche al concierto que ofreció el grupo británico de rock Iron Maiden en Quito, en la que ya es ubicada como una de las mayores concentraciones de fanáticos de este género que se haya concretado en Ecuador.
La muchedumbre llegó con horas de anticipación al barrio de Turubamba, en el sur de la capital ecuatoriana, donde se encuentra el estadio del popular club de fútbol Aucas, lugar en que se desarrolló el concierto.
Más de mil policías fueron enviados a la zona para reforzar la seguridad, aunque no se registraron mayores inconvenientes, informó un agente, pese a que la avalancha de personas en un momento obligó a lanzar gas lacrimógeno, para dispersar a cientos que intentaban ingresar sin entrada.
Un estricto control del ingreso al escenario llevó adelante la Policía y los organizadores del concierto, que prohibieron las bebidas alcohólicas, armas y toda clase de objetos que puedan ser usados como tales.
Incluso se incautaron decenas de cinturones de cuero, con gruesas hebillas de metal, para evitar que puedan ser usadas en riñas, aunque muchos de los que perdieron momentáneamente las correas, reclamaron por la medida que consideraron demasiado drástica.
Grupos de fanáticos del rock de todo el país y del extranjero acudieron al concierto, que se inició a la hora en punto, con un destello de color y música que hizo vibrar a los presentes y a los cientos que se quedaron en las calles aledañas escuchando, por no haber podido adquirir los billetes de ingreso.