Al modo de un cometa que se hace visible cada cierta cantidad de años para reaparecer luego de otro lapso equivalente, Antonio Gubbins es un compositor que ha encontrado su propio ritmo para inscribirse en la canción chilena de los últimos años. Una historia es su tercer disco luego de Íntimo (2002), con el que reapareció tras su debut personal de Antonio Gubbins (1983) en coincidencia con el llamado Canto Nuevo, tras haberse iniciado a su vez quince años antes como parte del temprano grupo de rock The Apparition (1968) junto a un también temprano Eduardo Gatti.
Más allá de su carácter distinguible de autor de canciones íntimas con guitarra acústica, la historia permite a Gubbins también tomar distancia de la convención del "cantautor" y probar en géneros nuevos. Él tiene siempre una voz serena, pero destina esa voz a aventurarse en un tango en "El cenicero", en una bossa nova en inglés en "A new generation of love", y a empezar en bolero y pasar sobre la marcha a tango en una misma canción, "Enséñame a vivir". También se da el tiempo de avanzar hacia un ritmo más moderno para esos estándares con el pulso de reggae y pop de "La cuarta dimenrisón".
Y sea en esos ritmos o en canciones más pausadas como la que cierra el disco y le da título, el cantante está siempre bien secundado por un equipo de músicos que encabeza el pianista brasileño Marinho Boffa, quien equilibra los sonidos latinoamericanos de Gubbins con una presencia sutil de jazz en los arreglos. Un personal que incluye además a Jorge Díaz (guitarra), Pablo Lecaros (bajo) y Daniel Cheul (batería) entre otros músicos termina de acercar además a Antonio Gubbins a un rubro de cantantes y autores que en algún momento han vestido su canciones de jazz, como Julio Zegers, Eduardo Peralta o incluso Isabel Parra, en una combinación que ya es parte por derecho propio de la canción chilena reciente.