Una de las ilustraciones hechas por Utagawa Kuniyoshi que estarán presentes en la muestra en Londres.
EFE
LONDRES.- Ningún grabador nipón del siglo XIX muestra tanta fantasía, capacidad de imaginación y sentido del humor como Utagawa Kuniyoshi (1797-1861), a quien puede considerarse precursor de los manga (cómics japoneses) actuales.
Kuniyoshi, a quien la Royal Academy of Arts londinense dedica una exposición, que podrá visitarse del 21 de marzo al 7 de junio, fue un gran maestro de la llamada escuela Ukiyo-e y junto a Hokusai y Hiroshige, más conocidos en Occidente, dominó el arte del grabado japonés durante el citado siglo.
Como explicó a EFE Timothy Clark, director de la sección japonesa del Departamento de Asia del Museo Británico, "su poderoso estilo gráfico, el dramatismo de sus imágenes y su capacidad para interpretar leyendas antiguas en beneficio de un público masivo le convierten en uno de los padres de los manga".
Fue también un artista prolífico como pocos, y así de una de las series de guerreros hizo 51 dibujos diferentes, de cada una de las cuales se tiraron 8.000 ejemplares, que se vendían en las tiendas de grabados, lo que da una idea de su extraordinaria popularidad, señaló el experto británico.
Si los grabadores japoneses influyeron en los impresionistas y postimpresionistas europeos de finales del siglo XIX, entre ellos Van Gogh, aquéllos sufrieron a su vez la influencia del arte occidental.
Así, Kuniyoshi transformó el género paisajístico incorporando ciertas convenciones de la pintura occidental como la proyección de sombras o ciertas aplicaciones innovadoras de la perspectiva.
Según Clark, Kuniyoshi demostró además un talento extraordinario para burlar la censura nipona del Shogun, el dictador militar que gobernaba en nombre del Emperador, y que había prohibido, por ejemplo, retratar a actores del teatro kabuki.
Así, en uno de los grabados expuestos en Londres pinta a esos artistas con caparazones de tortugas mientras que en otros aparecen las caricaturas de sus rostros como si se tratara de "graffiti" en una pared.
Kuniyoshi expandió el repertorio de la escuela Ukiyo-e con miles de dibujos que representan a héroes históricos del pasado guerrero del Japón así como a bandidos de la novela clásica china de aventuras "El Margen de Agua".
Sus imágenes de héroes, que le hicieron famoso en su país, constituyen la parte más importante de la producción de ese artista aficionado a la narrativa.
Kuniyoshi representa a sus héroes o forajidos luchando con todo tipo de monstruos como cocodrilos, pulpos, carpas o esqueletos gigantes.
Muchos de sus guerreros llevan el cuerpo adornado con tatuajes que se hicieron populares entre los gángsters de Edo (la antigua Tokio) y que aún hoy siguen sirviendo de modelo.
Pero además de esos mundos fantásticos, Kuniyoshi demostró también una febril actividad en otros géneros y temas: eróticos, cómicos, paisajes, imágenes de geishas o de animales que personifican a seres humanos, caricaturizándolos.
Las más de 150 obras que integran la exposición de la Royal Academy proceden del Museo Británico, el Victoria and Albert, también de Londres, el Museo Nacional de Escocia, el Fitzwilliam, de Cambridge, así como de colecciones privadas de EEUU y Japón.
Pero la mayoría es una donación al Museo Británico del coleccionista y profesor de Derecho estadounidense en Harvard Arthur R. Miller, quien confiesa que Kuniyoshi le fascinó desde el primer momento que vio un grabado suyo en Londres hasta el punto de que terminó volviéndose un "adicto de su obra".
Miller explicó a EFE que el Museo de Bellas Artes de Boston posee una extraordinaria colección de arte gráfico japonés, lo que se explica por el hecho de que muchos capitanes de la Marina Mercante que viajaban a aquel país para comerciar regresaban a esa ciudad de la coste Este de Estados Unidos con las arcas llenas de grabados.
El coleccionista norteamericano donó más de mil ochocientos grabados de su colección al Museo Británico y tiene todavía dos o tres centenares.