Esta cámara forma parte de la necrópolis de Dra Abu El-Naga.
AFPMADRID.- Un egiptólogo español, José Manuel Galán, ha descubierto una cámara funeraria pintada de 3.500 años de antigüedad en Luxor, anunció este martes el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Esta cámara, que forma parte de la necrópolis de Dra Abu El-Naga, "tiene las paredes y el techo completamente pintados con dibujos y jeroglíficos del Libro de los Muertos" y sería la de Djehuty, un alto responsable de la época, según el CSIC.
Este dignatario fue el "escriba real, supervisor del Tesoro y supervisor de los trabajos de los artesanos del rey bajo las órdenes de Hatshepsut, una de las pocas mujeres que ejerció de faraón", hija del Tutmosis I (dinastía XVIII), cuyo reinado se sitúa entre el 1479 y el 1457 antes de nuestra era.
La cámara, una sala cuadrada de 3,5 m de lado por 1,5 m de altura, es, sin duda, una de las primeras en haber sido completamente decorada con pinturas de esa época.
"Djehuty fue, probablemente, el primero que decidió pintar su cámara. Así, su tumba-capilla y, en concreto, su cámara sepulcral decorada le coloca entre los personajes más importantes e influyentes del momento, y le identifica como uno de los intelectuales y escribas más creativos al servicio de la reina Hatshepsut", afirmó Galán.
Este último realiza investigaciones a la cabeza de un equipo español desde hace varios años en la necrópolis de Dra Abu El-Naga, en la orilla oeste de Luxor, con el patrocinio del CSIC y la financiación desde 2004 de la Fundación Caja Madrid.
Inscripciones y escenas en relieve
Según el diario El Mundo de España, la tumba-capilla de Djehuty, excavada en la roca de la colina Dra Abu el-Naga, tiene más de dos metros de altura y se adentra casi 20 metros en la horizontal. Las paredes interiores están totalmente decoradas con inscripciones y escenas en relieve.
En la sala más interna se encuentra la entrada a un pozo funerario de más de 8 metros de profundidad. Al fondo de ese pozo se abre un acceso a una gran cámara de 5,50 metros de largo por 3,50 metros de ancho y 1,60 metros de altura, que estaba llena de tierra y piedras casi hasta el techo y que se ha excavado durante esta campaña.
El equipo de investigadores descubrió al fondo de esa cámara una entrada a un segundo pozo, de tres metros de profundidad, que daba paso a una segunda cámara, pensada y diseñada para servir como cámara sepulcral de Djehuty. A la entrada de esta última cámara, los arqueólogos encontraron varios pendientes de oro que probablemente pertenecieron a Djehuty o a alguno de sus familiares que fueron enterrados con él, ya que datan de comienzos de la dinastía XVIII.
"En esta época los hombres importantes de la corte adoptaron la costumbre nubia de adornarse con pendientes, moda que poco después seguirían también los propios faraones", destaca el egiptólogo José Manuel Galán.
El investigador del CSIC detalla las características de la cámara: "Las paredes, de las que se conservan dos, se recubrieron de una capa de estuco, sobre la que se escribieron pasajes extraídos del Libro de los Muertos. Esta composición religioso-funeraria servía, supuestamente, para ayudar al difunto a superar los obstáculos en su camino hacia el más allá y alcanzar una vida eterna y plena en el paraíso".