SANTIAGO.- El cantautor español Ismael Serrano se despidió de Chile por un tiempo en un concierto empapado de compromiso social en el que repasó sus mejores temas editados en el disco "Un lugar soñado", grabado durante la gira que empezó en octubre del 2007.
Media hora más tarde de lo previsto, Serrano apareció en la tarima del estadio Movistar Arena de Santiago, ante más de 3.000 personas que esperaban escucharlo por tercera vez en poco menos de un año.
El artista surgió de entre el humo como si viniera de muy lejos, ataviado con un abrigo oscuro, un sombrero y una maleta, que al instante abandonó a sus pies para quedarse con su habitual sencilla vestimenta de camisa blanca, tirantes y pantalón tejano.
Por unos instantes, la banda que acompaña al músico, formada por un bajo, un teclista, un guitarra y un percusionista vestidos con camiseta a rayas, pareció formar parte de un cuento de marineros perdido en un puerto imaginario llamado Peumayén.
En lengua mapuche, Peumayén significa “lugar soñado,” palabra que Serrano aprovechó para crear una ciudad fantástica que le ha acompañado en sus recitales.
Con un "atrezzo" humilde formado por algunas redes de pescar, maderas decadentes y un fondo de horizonte bañado por una puesta de sol, el conjunto ambienta la esperanza de la que habla en sus canciones.
"Un lugar soñado" fue grabado a partir de los conciertos ofrecidos los días 6 y 7 de junio de 2008, en el marco de los 10 recitales ofrecidos en el Gran Rex de Buenos Aires, y permitió recopilar temas como "Sucede que a veces", "Casandra", o "Vértigo" en un mismo álbum.
El artista que retrató el Mayo del 68 en "Papá, cuéntame otra vez" ofreció un recital lleno de humor pero también de poesía, y consiguió reirse de sí mismo en varias ocasiones, como cuando dedicó una canción a las personas que acudieron resignadas al concierto para acompañar a su pareja.
No faltaron referencias a la lucha de las Madres de la Plaza de Mayo argentinas, o a los inmigrantes, a quienes retrató con su tema "Zamba del emigrante", y aprovechó para pedir a los chilenos, principales receptores de inmigración en Latinoamérica, que reciban a sus vecinos con dignidad.
Serrano también habló de la Ley de la Memoria Histórica promulgada en España, demasiado tarde, a su juicio, y pidió justicia para todos los detenidos desaparecidos en el cono sur.
En otro toque de ironía, el madrileño encendió una radio que según él sólo emitía noticias positivas, y se pudo oír un boletín de hechos imaginarios protagonizados por israelíes o el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tras el que cantó "Si se callase el ruido".
El cantautor levantó los gritos de un público más bien adulto y tranquilo con su canción "Vine del norte", una historia de amor ambientada en Santiago, que nadie dudó en tararear, e incluso silbar, en el momento en que se cita a la policía chilena en tiempos de la dictadura militar.
El público, que quedó satisfecho después de más de tres horas de concierto, dijo adiós al músico con ganas de oirlo de nuevo bien pronto.
El cantautor madrileño pisó los escenarios chilenos en noviembre del pasado año en un concierto en homenaje al fallecido presidente Salvador Allende y también en el mes de mayo, cuando presentó su disco "Sueños de un hombre despierto".
Ismael Serrano cantará la semana que viene en Argentina, donde dará por finalizada la gira de su disco "Sueños de un hombre despierto" tras más de 130 conciertos en España y gran parte de Latinoamérica.