El modernismo brasileño fue un movimiento cultural que influyó en la arquitectura, la literatura, el teatro, las artes visuales y la política de toda Latinoamérica.
Colección ItaúSANTIAGO.- Una exposición de fotografía modernista perteneciente a la colección Itaú, en Brasil, será traída a Chile por Fundación Itaú a comienzos de abril. La muestra está compuesta por más de 70 trabajos de 22 artistas, pioneros en estetizar la fotografía entre los años 40 y 60, por adoptar ángulos inusitados y hacer diseños en los negativos, entre otras innovaciones.
Adquiridas a partir de agosto de 2007, estas obras serán expuestas paralelamente en el Museo de Arte Contemporáneo Parque Forestal y el Espacio ArteAbierto de Fundación Itaú (Apoquindo 3457, Las Condes).
El modernismo brasileño fue un movimiento cultural que influyó en la arquitectura, la literatura, el teatro, las artes visuales y la política de toda Latinoamérica. Algunas de sus características se desprenden del manifiesto de Menotti del Picchia -miembro de la primera generación del modernismo brasileño- en el que explica lo que busca el modernismo: directa alusión al movimiento (velocidad) y al “urbanismo estético”; corte con el romanticismo (“mejor que una princesa es una dactilógrafa”). Dirá, además, que se terminó la “mujer fatal”, la nueva mujer es una mujer activa y “secretaria”, independiente que “baila tango” y que quieren liberación obrera, idealismo, tecnología (ventiladores, aeroplanos, chimeneas).
Un chileno que recogió esta visión
En Chile, uno de los artistas que recogió esta visión, en parte de su obra fotográfica, fue Antonio Quintana (1904-1972). Como una forma de establecer un diálogo entre la fotografía modernista brasileña y chilena, el MAC complementa la exposición de la Colección Itaú con una selección de fotografías de Quintana pertenecientes al patrimonio del MAC, que se caracterizan por incorporar la visión modernista de progreso.
La experimentación brasileña
Los artistas que exhiben en Experimentaciones: la experiencia concreta y neoconcreta en la fotografía brasileña, pertenecen a Foto Cine Club Bandeirantes y la Escuela Paulista de Fotografía de Brasil, cunas de importantes cambios estéticos del lenguaje fotográfico en San Pablo. Estos artistas se alejan de la temática de la fotografía del siglo XIX, pues su intención no es documentar o representar el mundo en sus variables materiales y sociales.
En lo años 20 y 30, la fotografía artística consistía en imitar la técnica pictórica para obtener resultados semejantes a la pintura (composición, película y textura). Es desde la década de los 40 cuando se asume una investigación de una propuesta creativa del lenguaje fotográfico y hacia los años 50 cuando comienza una tensión entre la imagen figurativa y abstracta, es decir, entre la fotografía documental y la artística.
Comienza una propuesta renovadora, y es en ese momento de tensión, donde se sitúan estos artistas brasileños con fuerza en San Pablo desde 1940. Cuando se consolida la fotografía artística comienza a relacionarse con los movimientos de vanguardia como el concretismo, neoconcretismo y surrealismo; los dos primeros se componen de formas abstractas y el último se puede comprender mejor desde sus postulados de libre asociación.
La fotografía por sus características de representación posibilitó que la expresión abstracta se volviese un poderoso medio de difusión de la sensibilidad moderna, en la medida que transformó una operación conceptual, que es el arte abstracto, en confrontación con la habitual mirada sobre la cotidianeidad y la naturaleza. El fotógrafo comienza así a representar su visión fotográfica del mundo.
“El fotógrafo moderno se volcó a una nueva sensibilidad en la que lo bello dejó de ser un tema ideal para dejar cabida a lo más íntimo y casual de lo cotidiano. Todo pasó a depender de la capacidad del fotógrafo de descubrir esa nueva e intrigante realidad. En suma, el fotógrafo creaba imágenes abstractas que dentro de la tradición moderna estetizaban el medio ambiente social”.