Thom Yorke es un compositor de gran altura y como intérprete de sus canciones melodramáticas emociona. Además, anoche tocó el piano, el órgano y las guitarras. Bailó y se rió en cámara. Toda una atracción.
Claudio CaiozziNada de Coldplay o Travis: Radiohead son los verdaderos sucesores de U2. Basta verlos frente a 25 mil personas, en un escenario rodeado de tubos de colores "ecológicos" y tocando clásicos como "Paranoid android" o "Karma police".
No importó que a unos veinte minutos de iniciado el show fallaran los computadores, haciendo enojar a Thom Yorke, el vocalista. Vale la pena destacar que la banda había visto desde la cancha la presentación de los "teloneros" de Kraftwerk, los robotizados alemanes precursores de la eléctrónica. El público fue indiferente con ellos, a pesar de la influencia de los germánicos y del krautrock en la sorprendente evolución de Radiohead, sobre todo a partir del Kid A (2000), su primer disco "experimental".
Pero volvamos a los británicos. El setlist fue prácticamente el mismo de Buenos Aires, el martes pasado. Tanto por el escenario "ecológico" (el plan de la banda es ahorrar lo máximo posible de luz y evitar elementos contaminantes) como por el extraordinario manejo del repertorio que va desde el rock-pop convencional hasta extensos episodios avant-garde. Y obviamente, mezclando sus hits históricos con canciones del célebre In rainbows (2007) como la hermosa "House of cards".
Recordemos que este disco marcó un hito al ser lanzado por Internet, dándole la opción al oyente de ponerle precio. Sin embargo muchos acusaron a la banda de haber montado con esto una mera campaña de marketing. Incluso algunos críticos dicen que en verdad, la banda ya agotó todas sus ideas tras los discos "difíciles" como el Amnesiac (2001) o Hail to the thief (2003).
Es curioso pensar que cuando debutaron en 1993 con Pablo honey, los irlandeses lanzaban su futurista disco Zooropa. Y cuatro años después, mientras U2 intentaba hacer "canciones", Radiohead sacaba Ok computer, el álbum definitivo sobre la paranoia del nuevo milenio. Ahí los británicos heredaron las llaves del reino.
Así, cuando muchos creían que el show había terminado, Radiohead interpretó "Creep". Fue su primer éxito y había sido vetada por la misma banda desde 2003. Se supone que la odiaban, porque más que una canción de dolor verdadero, era un chiste hacia las letras depresivas del grunge noventero. Y eso es grave en una banda tan autoconsciente de su calidad como Radiohead. Pero qué se la va a hacer, si están encantados de Sudamérica. Aunque hayan llegado con una década de atraso.