Mamá Cora será la más sensible baja que tendrá el elenco de la nueva cinta, que cuenta con gran parte de olos actores originales. Su intérprete, Antonio Gazalla, declinó formar parte del proyecto.
El MercurioBUENOS AIRES.- Difícil olvidar a mamá Cora, la viejita interpretada por Antonio Gazalla en "Esperando la carroza", que con su improvisada visita a una vecina generaba una hecatombe familiar cuando ésta la daba equivocadamente por muerta. O que desataba la furia de su nuera Susana al confundir una mayonesa con una preparación de flanes caseros y que se justificaba ante su hijo con un lacónico: "No tenía cara de mayonesa, Jorge".
Esa y muchas otras frases de "Esperando la carroza", el mítico film dirigido por Alejandro Doria en 1985, ya forman parte del imaginario popular. Considerada una de las películas más queridas por el público y más vistas del cine argentino (sobre todo en sus múltiples repeticiones por televisión), durante años se habló de una posible segunda parte.
Finalmente, el proyecto se concretó y este jueves se estrena "Esperando la carroza 2" en Argentina, escrita por el uruguayo Jacobo Langsner, al igual que la primera, y con gran parte del antiguo elenco, aunque con nuevo director, Gabriel Condron.
Langsner contó que después del estreno de "Esperando la carroza" lo llamaba gente desconocida a su casa para pedirle que escribiera una segunda parte. "Me asombró mucho la reacción del público con 'Esperando la carroza'. Me hizo sentir que yo era alguien importante en este país, que me dio libertad y trabajo apenas llegué. Sentí que darle vida de nuevo a estos personajes era una especie de retribución", afirmó.
Sin embargo, a esta segunda versión le falta uno de los personajes principales, mamá Cora, después de que Gazalla declinara participar en el proyecto. Tampoco están China Zorrilla en el papel de la verborrágica Elvira, esposa de Sergio Musicardi (Juan Manuel Tenuta), uno de los hijos de mamá Cora, ni Julio de Grazia, quien se suicidó en 1989 y cuyo papel de Jorge, otro de los hermanos Musicardi, es interpretado en la nueva versión por Roberto Carnaghi.
Sí están Betiana Blum y Luis Brandoni como los involvidables Nora y Antonio Musicardi, aquellos parientes que habían llegado a ricos gracias a —según se insinuaba en la primera película— dudosos negocios durante la última dictadura y que trataban con una mezcla de desdén y paternalismo a sus parientes más humildes.
"A esta altura ya no creía que íbamos a hacer una segunda parte, me habían convocado varias veces, pero nunca se concretaba, así es que en su momento no le di demasiado crédito", confesó Betiana Blum (Nora). "No estaba en mis cálculos", aseguró por su parte Mónica Villa (Susana).
"Antes ya había dicho dos veces que no; pensaba que no había que hacer una segunda parte porque la primera ya había sido tan fuerte. Pero después hablé con Betiana y me fue pareciendo linda la idea de reencontrarnos después de tantos años e interesante ver qué le había pasado a estos personajes veinte años más tarde", agregó.
Sin embargo, los casi 25 años entre la primera y la segunda película no pasaron sólo para los personajes, sino también para el país. Nora y Antonio son en la segunda entrega el fiel reflejo de la "fiesta menemista" que supuso el neoliberalismo de los años 90: se rodean de actores y políticos famosos, salen en las revistas del corazón, viajan seguido a Miami, tienen un jardín con plantas de plástico y aroma artificial a rosas "made in China", y un perro guardián que gruñe a todo el que se asome a su propiedad enrejada llamado "Adolf".