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De la chingana a la picá

03 de Abril de 2009 | 18:16 |

Es un recorrido el que está delineado en el nombre, el repertorio y hasta en la ilustración de la portada de este disco. Un trayecto descrito por la cueca entre dos puntos, la chingana y la picá, que no equivalen al campo y a la ciudad, sino en todo caso a dos momentos históricos en el paisaje de la misma ciudad, desde las chinganas que remiten al ambiente cuequero de los tiempos mismos de la Idependencia hasta las picadas germinadas en los barrios de un Santiago más urbanizado en los comienzos del siglo veinte.

Desde su inicio en 2006, Las Peñascazo son un grupo de cuequeras que como pocas se han dedicado a investigar en esa tradición, incluso antes de salir a cantar. Lo han hecho entre cantoras y cantores vivos y en fuentes escritas y archivos como los de la Lira Popular, hojas que imprimían los poetas populares de hace más de un siglo con las noticias transformadas en versos. Ahora es claro que ésa fue su preparación, porque en su primer disco ellas cantan ese viaje de la chingana a la picá sobre todo con versos propios. De estas 23 cuecas, catorce tienen melodías de la tradición, pero todas menos tres tienen letras originales, en un indicador literal de cómo el grupo se basa en la raíz para crear cuecas nuevas.

Las mujeres son las protagonistas de todo el disco, situadas en tres ambientes sucesivos. En la primera serie, sobre mujeres de la chingana, Las Peñascazo cuentan la historia de auténticas cantoras del siglo diecinueve como Las Petorquinas, revisan oficios tradicionales de comerciantes y se van de viaje a ese Santiago de barrios antiguos en "De La Chimba a La Cañada", además del regalo que es escucharlas cantar a capela y con pura percusión de fondo en "Yo vengo a cortar el pan". Luego, en la fonda y el conventillo parten con otra cita histórica a las cantineras de la Guerra del Pacífico, entre ellas Irene Morales en "Al eco de los clarines", para seguir con un desfile de lavanderas, costureras, parteras y sobre todo varias cuecas dedicadas a las pioneras conductoras de tranvías de Concepción. Y la última parte está dedicada a las mujeres del ambiente y las picás, empieza con una sobre la mujer de la vida y termina con "Calle Ecuador hacia abajo", que por lo demás es la misma indicación que daba Hernán Núñez Oyarce, veterano cantor de Los Chileneros, para decor dónde quedaba una picada verídica de su barrio. Esa picada se llamaba Las Peñascazo, revivida ahora en el nombre de este grupo y en su viaje por la historia de la cueca.

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