SANTIAGO.- Cuando la película "Secreto en la montaña" ("Brokeback mountain", Ang Lee, 2005) se estrenó trajo una fuerte discusión en torno a los temas que abordaba la industria cinematográfica masiva. La obtención de más de 45 premios —entre ellos tres Oscar (Mejor Director, Mejor Guión Adaptado y Mejor Música Original) y el León de Oro del Festival de Venecia (Mejor Película)— vino a respaldar un inapelable éxito en salas. Sus protagonistas, Ennis del Mar y Jack Twist, fueron vistos como héroes trágicos inmersos en un mundo hostil y sus intérpretes, Heath Ledger y Jake Gyllenhaal, transformados en símbolos sexuales sin fronteras.
Ahora un nuevo paso se da en esto de abordar el amor entre hombres. Porque Gérard Mortier, al ser nombrado director artístico del New York City Opera, encargó al compositor Charles Wuorinen una ópera sobre el tema. Debería haber sido estrenada en esa sala, pero, tal como lo explica el propio músico, “Mortier tuvo allí una disputa y se fue. Él ahora está trabajando en el Teatro Real en Madrid. Y ahí va a ser donde se estrene ‘Brokeback mountain’, en junio de 2013”.
Basada en un relato corto de Annie Proulx (1935), la ópera contará la historia de amor de Ennis y Jack, dos vaqueros que se enamoran durante el verano de 1963, y también planteará la homosexualidad como un tema tabú en la “América profunda” de mediados del siglo XX. Una relación compleja e intensa que se mantiene por dos décadas de manera intermitente. Incapaz Ennis de aceptar la situación, su postura obliga vidas insatisfechas y desencadena la tragedia.
En 1970, Charles Wuorinen (1938) se convirtió en el compositor más joven en recibir el premio Pulitzer por su obra electrónica “Time’s Encomium”. Desde entonces, ha compuesto más de 250 obras; entre ellas, la aplaudida ópera “Haroum and the Sea of Stories”, basada en la novela de Salman Rushdie (Nueva York, 2004). Desde Estados Unidos, las inflexiones de su voz demuestran cuánto ha reflexionado sobre su nuevo empeño y las decisiones que ha tenido que adoptar para tratar de manera clara y coherente un tema espinoso.
—¿Cómo ha trabajado la historia de “Brokeback mountain”? ¿Su ópera está basada en la historia de Annie Proulx o en la película de Ang Lee? ¿La gente verá a los personajes de la cinta esta vez sobre un escenario de ópera?
—La misma Annie Proulx escribió el libreto, que ya está listo. Siento que no tiene mucho que ver con la película. En su interior son los mismos personajes. A diferencia de la historia, sin embargo, hay un rol un poco más grande de las mujeres, tal como en la película. Pero no me he contactado con Ang Lee y sí con Annie Proulx. Acabo de terminar de trabajar con ella, que vino recién a Nueva York para dar los últimos toques.
—¿De qué forma va a tratar, desde un punto de vista musical y teatral, las escenas amorosas entre Jack y Ennis? Una cosa es hablar del amor de un hombre por otro hombre, y otra que un hombre tenga sexo con otro hombre.
—En mi ópera, no habrá sexo en el escenario. Las escenas amorosas tienen diálogo y ellos las van a cantar. Y la puesta en escena musical va a reflejar lo que están diciendo y cuáles son las emociones que se pueden leer entre líneas. Hay un momento en que hay un interludio musical; ellos no están visibles pero están haciendo el amor.
—¿Ha pensado en cómo será la experiencia para el público? La gente que va a la ópera no está acostumbrada a ver una escena de amor entre hombres…
—Bueno, se van a tener que acostumbrar.
Monólogos interiores
—Otro foco importante en “Secreto en la montaña” es la soledad. ¿Cómo puede ser descrita esa soledad a través de la música?
—La música no es descripción, son gestos. Cuándo hay palabras, entonces la sugerencia se transforma en realidad, en descripción.
—En la historia y en la película hay muchas situaciones no dichas. El silencio es, por lo tanto, muy importante…
—Hay algunos silencios planeados en el libreto, pero hay que recordar que en un escenario operático no tenemos close ups y todo está a distancia de la audiencia; por lo tanto, debe haber, y los tenemos, monólogos interiores de los personajes. La partitura considera fragmentos donde los personajes principales y también algunos de los secundarios nos dicen qué están pensando, qué están sintiendo. Eso nunca existirá en las películas porque no lo necesitan; existen otras formas para mostrar lo que ocurre en la mente. En la ópera, lo que hemos hecho es transferir esos sentimientos a las bocas. Así, resulta más directo.
—El amor entre Jack y Ennis es especial porque siempre hay uno que desaparece. Es un amor que se mantiene sin el otro…
—Bueno, desaparece porque Ennis no está dispuesto a comprometerse por completo en la relación. Es él quien toma la elección fatal de no dejar su campo, de no ir con Jack y empezar una vida con él. Eso es la base de la tragedia. Hay soledad, como decía usted, pero más importante es el amor. Tenemos una escena muy conmovedora al final cuando Ennis se entera de que Jack está muerto. Él tiene la camisa con sangre de Jack en sus manos y de vuelta a casa le habla. Pero ya es muy tarde. Recién entonces se da cuenta de que no puede hacer nada y de que nunca le dijo lo que siempre quiso.
Cantantes jóvenes y buenos actores
—¿Tiene claridad sobre las voces que interpretarán a los personajes principales?
—Tengo una idea bastante clara sobre eso. Jack será un tenor lírico. Ennis es un bajo-barítono que tiene varios parlamentos hablados. Sólo canta en algunos pasajes. Hay una distinción bastante fuerte entre las dos personalidades.
—¿Ha pensado en cantantes para tomar los roles?
—Tengo algunos en mente, pero es demasiado pronto para dar sus nombres. En honor a la verdad, definitivamente tengo gente específica en mente para los dos personajes principales y también para uno o dos de los roles subsidiarios. Pero no me gustaría dar sus nombres porque sólo he pensado en ellos y no los hemos contactado todavía.
—Pero ¿serían grandes cantantes o cantantes jóvenes?
—Generalmente, prefiero cantantes jóvenes. En especial para esta ópera. Necesitamos artistas que se parezcan al rol y que puedan actuar. No podemos tener a alguien de 70 años.
—¿Y qué pasará con los personajes femeninos? Las esposas…
—Su rol en la ópera será, por supuesto, menos importante que el de los personajes principales. Sé sus tipos vocales, he decidido eso, pero no he decidido sobre alguien en particular.
—¿En qué tipo de orquesta ha pensado para su obra?
—Creo que será una orquesta estándar, que es un poco más pequeña que para una gran sinfonía. Probablemente, estará conformada por cerca de 80 músicos en vez de 100.
“El público masivo no se interesa en cosas serias”
—Uno tiende a pensar, hoy en día, que la creación de música contemporánea se aleja de las audiencias masivas. ¿Está de acuerdo con eso?
—Claro, es verdad. Pero todo el arte que es serio está muy lejos del público masivo.
—¿Por qué?
—Porque el público masivo no se interesa en cosas serias. El arte serio, de cualquier tipo, pero en especial la música, requiere de un esfuerzo de la audiencia. Tienes que prestar atención, tener educación, hay que saber algo, hay que desarrollar el gusto… Y la mayoría de la gente no hace eso, no están interesados. Lo que se compromete para lograr audiencias masivas se transforma de inmediato en un entretenimiento muy superficial.
—Cuándo la gente habla de ópera, piensa en una melodía. ¿Puede haber ópera sin melodía?
—La melodía es una palabra. Hay diferencias entre lo que yo creo que es melodía y lo que cree alguien que sólo conoce a Puccini. Son cosas diferentes. La palabra no significa sólo una cosa. Pero, por supuesto, entiendo su pregunta. Se refiere a lo que significó en un período muy limitado de tiempo, mayormente desde la primera mitad del siglo XIX hasta fines del mismo. Ése es un tipo de melodía, pero hay varios otros. No debiéramos usar una palabra como ésta como si tuviera un significado absoluto.