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Este martes 28 continúa la temporada en vivo Noa Noa 2.0, destinada a mostrar la música de diversos sellos chilenos con base en Internet o netlabels: música gratis y desde la red. Es el turno del sello Modismo, dos de cuyos musicos, Tonossepia y Blit, estrenarán sendos discos.

27 de Abril de 2009 | 16:51 |

A dos bandas sigue este mes el ciclo de conciertos Noa Noa 2.0, una temporada de música en vivo destinada a estrenar trabajos publicados por una serie de netlabels o sellos en Internet locales, que se caracterizan por permitir la descarga gratuita de sus discos desde la red. El turno de este martes 28 de abril en el santiaguino Bar Constitución será de Modismo, una de las más recientes etiquetas iniciadas en esta modalidad en Chile, dos de cuyos músicos lanzarán sendos discos de música de bases electrónicas: Sano y salvo, de Blit, y Happy habibi, de Tonossepia.

-Son parecidos, pero cada uno tiene sus tónicas distintas -explica Diego Vergara, el hombre detrás del alias de Tonossepia y gestor además del sello-. Los dos tratamos de hacer una electrónica un poco más orgánica, con instrumentos como guitarras, metalófonos, no sólo con sintetizadores ni bases programadas, con harta instrumentación. Hay una diferencia. Blit trabaja con baterías un poco más abstractas, un poquito más pitiado, y yo soy más estructurado y cercano al formato canción.

Tonossepia es además conocido en el circuito como integrante del innovador grupo de hip-hop Colectivo Etéreo, que desde hace tres años ha expandido su personal visión sensible y emotiva del rap. En vivo se presentará de hecho con DJ Vaskular, integrante del mismo Colectivo, y con Edén Carrasco, saxofonista de diversos grupos chilenos, y asimismo lo hará Blit, seudónimo de Cristóbal Korenblit, quien mostrará su disco en vivo junto a su hermano Francisco Korenblit en saxo.

-La idea de que sea más actractivo, con un par de músicos en escena, no sólo una persona frente al computador. Para la gente acostumbrada a ver bandas de rock, es fome una tocata de música electrónica en la que uno no hace nada, en la que está frente a un computador donde parece que está revisando Facebook -dice Tonossepia-. Ahora se le está dando más bola a la música electrónica porque hay netlabels, pero aun así las tocatas son re pocas, el local es charcha, nadie te pesca, estás tocando para los meseros y te tratan de DJ aunque estés tocando tus temas. "DJ, ponte un tema".

-¿Es un problema que te llamen DJ?
-No, yo también soy DJ, pero si estás tocando tu propia música nada que ver que te digan DJ. Es culpa de los músicos, que tampoco se preocupan de hacer algo entretenido para el público. Este ciclo ayuda a que tengamos mejores lugares para hacer nuestra música, y lo agradezco harto, porque los sellos (en Internet) están teniendo un auge ahora, y desde el año pasado los están tomando más en cuenta, se están comentando los discos.

-¿Te llama la atención este aumento de los netlabels?
-Sí. También hay hartos sellos normales que necesitan tal vez más cobertura mediática, pero es recomendable que suban los discos (a Internet) y licencien su trabajo por Creative Commons (el tipo de licencia que permite a los creadores dejar a libre disposición sus obras en Internet de manera legal)-. Ahora puedes leer una reseña, ir al concierto, volver a tu casa y bajarte el mismo disco, completamente legal. En cambio para un sello normal que tenga sus discos con todos los derechos reservados es más difícil dar acceso a la música.

-¿El argumento en contra es que dejas de percibir un ingreso como músico?
-Sí, pero es mínimo, porque por venta de discos uno no gana nada igual, uno gana más por las tocatas. Que estén en Internet no quiere decir que los discos se dejen de vender. Nosotros hemos editado copias de nuestros discos en Modismo y se han vendido todas.

Frío / calor: el método Tonossepia


Modismo se inició como sello a comienzos de 2008, luego de que Tonossepia ya publicara discos en dos sellos previos, Neurotyka y Pueblo Nuevo: Calor (2006), Frío (2007) y Anaís Vergara Mérida (2008).

-Antes era muy demoroso sacar discos, mucha gente involucrada, muchos procesos, todo ese leseo -dice, y tiene ejemplos: Calor estuvo listo en 2003 y recién apareció en 2006, y el primer disco de Blit tardó de 2004 a 2007 en ser editado-. Entonces la papa está en los netlabels, porque no tienes que editarlo, sólo sacarlo en Internet.

-¿De dónde salió la necesidad de armar Modismo, tu propio sello?
-Primero llegué a Pueblo Nuevo, que es un netlabel de música electrónica pero abarca todo el espectro sin diferenciar el estilo, entre minimal techno, electroacústica, ruidismo, una gama gigante de sonidos. Eso es bueno por un lado por la amplitud, pero quise armar algo con una identidad clara.

-¿Esa identidad es entre hip-hop y electrónica?
-Son los puntos de partida. No es lo único, pero son las dos estéticas centrales -explica. De hecho el primer disco de Modismo se instala como una declaración de esos dos puntos de partida: es una compilación llamada A veces jijó, a veces robok (2008). Luego han seguido los discos Leche derramada (2008), de Groove Niño; Silen (2008), de Blit con Dla; Quizás quiso decir Rolando (2008), de Rolancho; el compilado de año nuevo Golden hits (2009), el nuevo de Dla, AM (2009), y los dos que serán lanzados esta semana.

Entre Happy habibi y Anaís Vergara Mérida, los dos más recientes discos de Tonossepia, hay un contraste en los sonidos y en la inspiración. Tal como parece ocurrir en los dos primeros, a partir de sus solos títulos: Calor y Frío.

-Soy medio dicotómico -analiza sobre la marcha-. Me salió sin querer. No me había dado cuenta, pero siempre tengo que dar una respuesta a lo que he hecho antes, para no dejas cosas inconclusas, para responder o desmitificar. Debe ser donde estudio linguística, que tengo ese diálogo tan metido. Los discos dialogan harto entre sí, no sólo por el sentido que subyace al disco, sino por la estética musical, que es bien parecidas, con con desarrollos en diferentes cosas. En el Anaís desarrollé más lo rítmico, en cambio en Happy habibi la idea es un poco más melódica. Dos aspectos de una misma estética.

-¿Cómo recuerdas ahora esos primeros discos? Calor tiene harto de jazz.
-Fueron un aprendizaje. Más que discos en el sentido de un producto que refleje un mensaje o un estado de ánimo, son ejercicios. Empecé de chico haciendo puras bases de hip-hop. Después escuché drum n' bass, trip-hop, Portishead o Massive Attack, la música electrónica que estaba bien visto que escuchara un rapero. Y de ahí me empecé a meter de a poco en el jazz, más que nada para sacar samples. Me sigue gustando el jazz con la electrónica, aunque ya no es nuevo, la radio Zero hace como tres años que ya no toca esa música.

-Jazz, hip-hop, electrónica. ¿Cómo te relacionas con los "estilos", ninguno es "tu" estilo definitivo?
-Tengo una esencia que siempre va a ser más o menos parecida. No me veo haciendo tecno trance punchi punchi ni música abstracta electroacústica, tengo una médula central un poco más hip-hop. Pero voy cambiando estilos. No quiero que suene cliché de que no me quiero encasillar en un estilo y la la la, pero me gusta buscar cosas distintas, porque me aburro súper fácil con los estilos de música. La idea es descubrir nuevas narrativas sonoras, y también formas de procesar los sonidos. Antes pensaba que el sampler era la solución del universo: el collage y la descontextualización, pero ahora agarro la guitarra de palo, y a lo mejor en dos años estaré haciendo música electrónica con un par de congas.

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