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Adiós al guerrero

Después de once años de vida el power trío nacional se despide a la grande con un show este jueves en el Teatro Novedades que promete ser el mejor de su historia. "Llegamos a un punto donde el público cantaba hasta las melodías de la guitarra". Se acaba uno de los capítulos más importantes del rock contemporáneo chileno.

28 de Abril de 2009 | 16:15 |

Doce años, cinco discos, un DVD, varias giras internacionales y un puñado de hits rockeros, de esos que el público canta de memoria. Weichafe, palabra que en mapudungún significa "guerrero", está conciente de su carrera, que, tal como sus músicos explican, siempre ha rechazado la tendencia mitificadora del rock. Por eso sólo se limitan a decir que la separación obedece a razones musicales. "Principalmente", agrega sonriendo el bajista Marcelo da Venezia, que viste una polera de Megadeth. El guitarrista y vocalista Angelo Pierattini tiene, en cambio, una de los Beatles. Están en la sala de ensayos de sus colegas del grupo Silencio, preparando el show de despedida en el Teatro Novedades. "Mauricio Hidalgo (batería) no va a poder llegar", explican.

-En realidad vamos a reunirnos en cinco meses más-, dice Pierattini irónico. Marcelo es más explícito: "No es que uno diga de esta agua no beberé. Por el momento lo vemos difìcil. No sabemos si vamos a reunirnos en el futuro, quien sabe". Lo que sí tienen claro, es que este recital será el mejor que darán en sus vidas como Weichafe. "Ésa es la idea. Más que tener sorpresas, lo que queremos es tocar, dar lo mejor de nosotros", recalca Pierattini.

-¿Cuál creen que fue el aporte Weichafe al rock nacional?
-Angelo:
Cuando empezamos a tocar no existía este rango intermedio de rock. O las bandas eran metaleras o punks. Nosotros queríamos tener cosas de rock y cosas de la canción pop. Lo único cercano que habíamos escuchado era Mandrácula. Pero nosotros teníamos menos de blues. Estábamos más conectados con Black Sabbath o el rock más psicodélico. También en esa época había una escena más stoner con grupos como Yajaira por ejemplo. Pero era otro tipo de rollo. Me daba la impresión que había bandas más interesadas en el circuito que se desenvolvían. Onda, mientras más alternativo mejor. Nosotros, en cambio, queríamos llegar al mayor público posible. Nuestro camino era ser una banda de rock popular.
-Marcelo: Ésa era la gran diferencia que había con otras bandas. Nosotros queríamos hacer rock más transversal y realmente popular. No teníamos problemas con ir a tocar a la tele. Nosotros creíamos que al tocar allí, uno es el que le sube el pelo al programa. Además, si siempre se dice que faltan medios, nosotros aprovechábamos cualquier oportunidad.

-¿Y en estos doce años, cuáles han sido para ustedes los cambios importantes a nivel de cultura musical?
-Angelo:
Chile es un país de gente que ha leído muchas biografías de bandas. Y lamentablemente las toman al pie de la letra. Y no se dan cuenta que son novelas, donde la mitad está inventada. Acá hay muchos melómanos pero pocos músicos creativos. Son como un gran monstruo mirando desde el sillón a los músicos para criticarlos. Eso pasa tanto en el ámbito periodístico como en cierto público y ciertas bandas. Si tenemos algún orgullo con Weichafe va por ahí. De tener una banda y hacer discos dentro de un medio así y en el que inevitablemente debes compartir.
-Marcelo: Para nuestra generación era mucho más complicado conseguir instrumentos. Ahora hay apertura para que los cabros se dediquen de verdad a ser músicos. Por ende, hay más escuelas y más tiendas de música. Y también está el rollo tecnológico para grabar y producir, algo mucho más cercano.
-Angelo: Cuando nosotros empezamos hicimos un single demo, a principios del '98. Mandamos a hacer unos cassettes y había que cortarles la cinta para sólo alcancen las dos canciones. Y como gran cosa, copiamos algunos cedés para la radio y eso era como sagrado. Ahora puedes hacer 300 discos en tu casa, hacer la carátula, todo tú. Aunque lo independiente en la música existe desde siempre, no es una cosa de ahora como muchos andan diciendo.

-¿Y sobre sus colegas? ¿Ha mejorado la calidad de los grupos nuevos?
-Marcelo:
"Ya no es raro encontrarse con bandas que suenan bien. Más profesionales. Hay una banda que se llama Cuervos del Sur que son bueníisimos. A lo que voy es que ahora uno se topa con bandas que te dejan loco. Bandas de acá, no extranjeras.
-Angelo: Yo veo que hoy los cabros saben manejar una estética de banda, diseño y discurso. A mí me gustan harto las bandas que apelan a lo precario. Tocar sencillamente buenas canciones. Como los Los Mil Jinetes o el último Jiminelson. Uno a veces necesita escuchar en español esa música que escuchas en inglés. Como los argentinos, que tienen bandas que tocan música de raíz gringa, pero que hablen en tu idioma. Me interesa cómo te defines musicalmente desde este punto de vista. Sólo falta, creo yo, que las bandas suenen a ellos. Manejan muy bien los estilos, pero no sacan la voz propia.

-¿No les quedaron ganas de lograr más cosas con su banda?
-Angelo:
"Obvio que sí... Pienso que nosotros nos desmitificamos mucho. Nos guiamos poco por el mito, mostrábamos lo que nosotros éramos no más. Sin embargo el mito al final beneficia a la banda. Siempre queda la sensación de querer lograr más. Además, a excepción de Oveja Negra nunca tuvimos buena distribución".
-Marcelo: Eso le pasó a todas las bandas, el problema de los discos, que no se promocionaban.
-Angelo: Fue bueno tocar en el extranjero. Tocamos en Cemento y en Cosquín Rock dos veces. Compartimos con El Tri, Los Natas, Carajo, que nos invitaron a Buenos Aires, La Mancha de Rolando...

-¿Qué proyectos tienen para este año, tras la separación de Weichafe?
-Marcelo:
Nosotros junto a Mauricio vamos a seguir juntos, armando otro proyecto con Coke Cumplido (ex guitarrista de Huinca), Pancho Miranda (voz de Triburbana) y Pedro Durán (guitarra Cuervos del Sur). Aún no tenemos un nombre que nos identifique y que en el futuro no nos dé verguenza. Pero sí tenemos más de ocho canciones compuestas. Aparte, estoy en un proyecto de musica tradicional japonesa. No tiene nada que ver con pokemones ni emos. Es más bien de folclor y canciones tradicionales con una instrumentación más occidental: violín, flauta traversa, percusiones.
-Angelo: Tengo muchas fechas para tocar como solista. En mayo tengo ocho shows dentro y fuera de Santiago. En octubre tendré una gira por Buenos Aires, que estoy armando desde ya. También estoy trabajando en un disco nuevo (sucesor de Angelo Pierattini y las calaveras errantes, 2008, Oveja Negra). Me interesa hacer canciones cortas. Están compuesta de una manera consciente. Grabo harto primero, espontáneamente. Pero después empiezo a estructurarlo en el computador y sacar lo que me está sobrando. A veces también me pasa que los temas me salen listos en dos minutos quince por ejemplo. La idea es que yo mismo escuche el disco y que quede con ganas de más.

-¿Y el público? ¿Los van a echar de menos?
-Angelo
: Obvio que sí...
-Marcelo: Llegamos a un punto donde el público cantaba hasta las melodías de la guitarra. Las primeras veces que la gente empezó a cantar fue impresionante.
-Angelo: Ésta debería ser la mejor de nuestras tocatas. Es muy especial. Y sé que la gente se lo va a tomar así.

El concierto: Teatro Novedades (Cueto 257, Barrio Brasil). 681 6311 Jueves 30 de abril, a las 21:00 horas. Entradas $5.500

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