Aunque su documento de identidad dice Leonardo Arias, Leonardo Arias lleva más de década y media entregado a la música con otro nombre: ha respondido al llamado de Estratos Akrias en cada actuación con Akinetón Retard, o en cada uno de los cinco discos que suma con ese grupo de rock experimental iniciado en 1995. Hasta ahora. Si es por nombres complicados, el nuevo grupo de este saxofonista y compositor chileno se llama Zeraus Quartet, pero aquí no le hacen falta alias porque esta vez es personal. Él dirige y firma todas las composiciones de su grupo y de su flamante disco, Zeraus Quartet.
-Todo está compuesto por mí y se podría decir que es mi currículum musical -postula el músico, al frente de un cuarteto de saxos y clarinetes integrado por el propio Leo Arias (clarinete bajo y saxo soprano) junto a Rodrigo de Petris (saxo tenor, percusión y voz), Paulo Montero (saxo soprano) y Rodrigo Pata Maturana (clarinete). Aunque no hay guitarras ni baterías, el público familiarizado con el rock de Akinetón Retard puede reconocer algunas escuelas comunes, entre las exigentes composiciones instrumentales y la influencia de músicos del movimiento Rock in Opposition como Henry Cow o Univers Zero. Tres años bastaron: el cuarteto se formó a mediados de 2007, grabó el disco a principios de 2008 y lo acaba de lanzar el mes pasado.
Partituras en vuelo
Leonardo Arias trae horas de vuelo acumuladas, y no sólo en la música. De hecho buena parte de sus partituras para Akinetón Retard y también para Zeraus Quartet han sido escritas en el aire, en las horas libres que le ha dejado su trabajo de tripulante de vuelo.
-En el 2000, siendo tripulante de vuelo de LAN Chile componía para Akinetón, pero ya en el 2006 tenía un tanto agotados a los Akinetones con tanta partitura, por lo que pensé en tocar con más gente -dice el músico. És fue el origen del nuevo grupo.
Meses antes, en 1999, Arias se había retirado del Conservatorio después de tres años y medio de estudio con el profesor Miguel Villafruela. "Quedé un tanto en pampa, pero por ahí apareció un alumno pidiendo clases conmigo por lo que comencé a componer duetos simples para tocarlos con él", explica. A los tres meses tenía trece duetos disponibles.
De todos ellos, la composición llamada "Zeraus Zilef", que da título al disco, ya sonaba a dúo hace diez años entre Arias y De Petris, quienes a su vez son dos de los fundadores de Akinetón Retard. Rodrigo Maturana proviene a su vez de la multicolor y multisonora banda Dayanandrea y de Napa, un grupo compartido con Rolando Jéldrez, bajista de los mismos Akinetón Retard. Y Paulo Montero comparte filas con Arias en la orquesta de jazz Big Band UC y acaba de publicar su primer disco, Variante (2009).
-El resultado fue genial -comenta el director-. Un grupo de personas agradables sin ser virtuosos, con sus años a cuestas, experiencias de vida, y algo importante es el relajo ante los cigarros de alfalfa.
-¿Cómo fue volver a tocar con Rodrigo de Petris, desde que se llamaba Petras das Petren y estaban juntos en Akinetón Retard? ¿Por qué se fue del grupo en su momento?
-La ida de De Petris de Akinetón fue en un momento de crisis del grupo, post Akranania (el segundo disco del grupo, en 2002). A finales de 2002 yo era tripulante (de línea aérea), me iba siempre de vuelo, De Petris me reemplazaba cuando se podía, la banda llegó a parar por casi un año. Ahora ha sido un placer volver a trabajar con él, mantiene esa chispa de siempre y contribuye mucho con sus ideas.
-Los músicos del cuarteto han tocado desde en grupos experimentales hasta en una gran orquesta de jazz. ¿Qué sale de esas escuelas tan diversas?
-Hay que resaltar que Montero egresó de la carrera y eso se nota, es un gran intérprete y compositor. El Pata (Maturana) tiene mucho menos escuela pero es el más estudioso, es fanático del Rock in Opposition al igual que yo y solea (hace solos) muy en ese estilo. De Petris le pone huevos y estudia cuando hay que hacerlo, aunque su saxo ya tiene cáncer y fue vetado para el concierto, le prestamos uno más digno. Ahora, la sonoridad es bien libre, por lo que cada uno es dueño de tocar a su manera.
-¿Qué tanto espacio hay para la improvisación?
-Las partituras son un fuerte aquí. Villafruela (Miguel Villafruela, el profesor del Conservatorio) y su escuela tienen mucha influencia en mi atracción por escribir todo. Yo me decidí por la música a los diecinueve años sin saber nada, entonces comencé a componer no con melodías mentales, más bien con conceptos abstractos de la música, mucha matemática inconsciente. La improvisación tiene poco espacio aquí. Me gustaría en un futuro trabajarla más, pero por el momento la idea es más docta.
Aquí nadie se llama Suárez
Las tres últimas composiciones de Zeraus Quartet iban a ser parte del disco Cadencia urmana (2006), de Akinetón Retard, pero no calificaron. "Existía una decisión unánime de hacer un CD más corto y con lo más accesible, por lo que estas rarezas quedaron fuera", explica el autor. "Era la oportunidad de meter esas tres piezas acá".
-"Zeraus Zilef" se llama uno de los temas. ¿Es un nombre propio, tiene que ver con la figura de la carátula?
-La carátula la hizo un amigo que murió, y la utilicé para revivirlo. Siempre me han gustado los monjes oscuros, los monjes budas de la India, los machis mexicanos, y este personaje me gusta mucho, la duplicidad de las cosas, día y noche…
-¿De dónde sale ese personaje?
-Zeraus proviene de una estatuilla que De Petris tenía en su casa, y cuando vi el nombre me gustó mucho. Coincidentemente al revés es Suárez pero aquí nadie se llama así. Zilef viene de Feliz al revés; probablemente yo estaba tan contento con los duetos con De Petris que le sumé este apellido. Pero con los años, y ahora que el proyecto va en serio, veo el nombre como Serás Feliz, con una visión futurista. Ahora no soy feliz, pero el trabajo y la experiencia me la traerán.