NUEVA YORK.- Varias orquestas sinfónicas de Estados Unidos, cuyo financiamiento depende de fondos privados, se ven amenazadas por la crisis económica e intentan sobrevivir con medidas de austeridad.
La crisis impacta a grandes formaciones como la Sinfónica de Boston -que figura entre las cinco más importantes de Estados Unidos y tuvo que cancelar el mes pasado una gira europea-, pero sobre todo a orquestas menos poderosas, cuya vida en algunos casos está amenazada.
"A pesar de su éxito, la Orquesta Sinfónica de Portland está luchando por su supervivencia", dijo Alice Kornhauser, portavoz de la agrupación de esa ciudad del Estado de Maine, en el noreste de Estados Unidos.
El caso de esta orquesta ilustra cómo algunas instituciones culturales de Estados Unidos, en particular las dedicadas a la música, que en muchos países reciben subvenciones estatales, están afrontando la era de vacas flacas.
La orquesta operó recortes este año en todas las áreas, eliminó dos empleos, redujo salarios en un 10% y sus programas de conciertos. "Los principales recortes de programas son en nuestros conciertos de verano", explicó Kornhauser a la AFP.
Las finanzas de una orquesta se consideran por lo general sanas cuando los fondos de sustento que posee representan al menos el triple de sus gastos de funcionamiento. Esos fondos, a menudo invertidos en la bolsa o alimentados por donaciones que se volvieron escasas, se fundieron como nieve al sol con la crisis por razones obvias.
La Sinfónica de Pittsburgh anunció en marzo que despidió a nueve empleados administrativos para ahorrar 400.000 dólares anuales, sobre un presupuesto de 30 millones de dólares.
"Esa fue nuestra reacción a la situación económica, pero no se trata de un despido tradicional", aseguró Lawrence Tamburri, presidente de la orquesta. "Nos estamos reestructurando para quedar sanos" económicamente.
Según el diario Los Angeles Times, la orquesta de Atlanta (Georgia) recortó salarios en los dos últimos meses, la de Nuevo México licenció a tres empleados y redujo un 10% sus salarios, la de Philadelphia redujo su personal en un 20% y la de Charleston (Carolina del Sur) bajó sus salarios en un 10%.
Las orquestas más acaudaladas financieramente capean la tempestad recortando giras en el extranjero, como la de Sinfónica de Boston, que se abstuvo de viajar a Europa invocando "tiempos de incertidumbre", pero otras tomaron medidas más drásticas, como la de Cleveland (Ohio).
También considerada entre las cinco mejores de Estados Unidos, esa orquesta teme un déficit de 7,5 millones de dólares este año, según su director ejecutivo Gary Hanson.
Junto al director musical Franz Welser-Most, Hanson aceptó reducir sus honorarios en un 20% y un 15% respectivamente. Además de cancelar giras a nivel nacional y reducir el número de conciertos, la orquesta de Cleveland examina la posibilidad de reducir puestos de trabajo, incluyendo en la propia orquesta.